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"El Caracazo": Un grito de rebelión que aún tiene eco

Tomar la decisión de aumentar la gasolina en Venezuela le quita el sueño y puya los nervios al gobernante más pintado. Quedó demostrado con el estallido social que hace 27 años tiñó las páginas de la historia nacional, ocurrido entre el 27, 28 y 29 de febrero hasta el 8 de marzo de 1989.

Del brutal enfrentamiento entre el Ejército y el pueblo, el expresidente Carlos Andrés Pérez (CAP) quedó como referencia. En su segundo gobierno (1988) resultó electo presidente de la República, con 3.879.024 votos (52,91% de los sufragantes), cifra muy alta, que le permitía mandar a sus anchas y que aderezó con un discurso populista que apelaba a la justicia social.

Pérez se convirtió en heredero de las gestiones de Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, quienes no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, que generaron desconfianza en las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. La corrupción y mercados negros de divisas generaron la quiebra estructural del mercado interno y la falta de Soberanía Económica y Alimentaria. Ya se asomaba una escasez gradual de alimentos. El precio del barril de petróleo venezolano había caído de 36 dólares a menos de 8 dólares.

CAP en lugar de buscar un cambio hacia la inclusión social, giró a liberar la economía e impuso un “Paquete Económico” del Fondo Monetario Internacional. Aumentó la gasolina, disparó el costo de más de cien productos de la canasta básica, eliminó los subsidios, congeló el otorgamiento de pensiones, redujo la inversión en educación pública y en salud. No aumentó el salario.

La gente salió furiosa a las calles de Caracas y de las principales ciudades del país. Las cifras oficiales reportan 276 muertos y numerosos heridos. Algunos reportes extraoficiales hablan de más de 300 personas fallecidas y 2.000 desaparecidas. Aún no se conocen cifras oficiales. Fue un verdadero grito de rebelión que en la actualidad tiene eco.

Bigote en remojo
A casi 30 años de El Caracazo, como también se le llamó a esa explosión de la sociedad venezolana, el miedo vive en Miraflores. El 17 de febrero de 2016, con voz entrecortada y un ligero carraspeo, el presidente Nicolás Maduro anunció el aumento de la gasolina. La situación económica le conspira. El barril petrolero bajó de 56 a 24 dólares en 2016, la inflación es de 280%. Hay escasez y desabastecimiento de alimentos y medicinas. Las fallas en los servicios de agua y electricidad, son severas.

Sin embargo, a la fecha, los venezolanos han transitado por el camino de la paz y el diálogo. Se niegan a tomar el rumbo de la violencia.

Desde la óptica de Ángel Lombardi, historiador y escritor, igualmente la situación de ahora es difícil, inclusive, “mucho más grave la situación económica y social, que en febrero del 89. La población está enfrentando y padeciendo el paquetazo neoliberal del gobierno de Maduro, cuya figura emblemática, es el aumento de la gasolina”.

En su opinión, no ha habido un movimiento social de protestas fuertes, “porque los factores políticos que adversan al actual Gobierno, aparentemente han optado por la vía electoral y se han abstenido de agitar o movilizar ese descontento general. Es difícil que El Caracazo se vuelva a repetir, pero no significa que las condiciones no estarían dadas, si alguien estuviera interesado en promoverlo”, sentenció.

Juan Romero Jiménez, historiador y politólogo, admite que “tenemos un estado de bienestar que sigue funcionando bajo las mismas lógicas; depende del petróleo, depende de los ingresos, de la explotación del petróleo, y hay un petróleo que ha caído. Sin embargo, considera que la debilidad del gobierno de Pérez radicó en reducir el porcentaje del PIB dedicado a la inversión social.

Alta insatisfacción
“A diferencia de lo ocurrido ayer, hoy no se han paralizado los programas sociales. Este Estado ha decido no reducir la inversión social”, enfatizó.

Para Eduardo Semtei, analista y escritor, exdiputado y exvicepresidente del CNE, no se puede pronosticar que en Venezuela ocurra una situación social conflictiva grave. Una guerra civil.

“Lo que si está claro y todas las encuestas registran, es que el nivel de insatisfacción popular es mucho más alto que aquel que existía cuando Pérez”.

Recordó que CAP era rechazado por el 70 % de la población, mientras que Nicolás Maduro tiene en contra el 82%. Además, “la inflación con Maduro es mayor y la inseguridad también”.

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