El diario plural del Zulia

Editorial: ¡Abajo cadenas! (A votar para rescatar la democracia)

Este domingo 28 de julio, Venezuela tiene una oportunidad capital para reconducir su destino. Es única y, además, definitoria para configurar el país de los próximos años.

Escribo estas líneas en Madrid, España, mientras recorro en mi mente, maravillosos parajes pincelados a orillas del Mar Caribe. Y no puedo dejar de comparar este momento histórico con los eventos debidamente documentados en Caracas a principios y mediados de 1810.

En aquellos días surgen las primeras partituras de nuestro himno nacional. Andrés Bello había escrito Caraqueños, otra época empieza, con la música de Cayetano Carreño.

Luego surge la idea desde la Sociedad Patriótica de Caracas de crear una canción que estimulará el ánimo de los indecisos, entonces, uno de sus miembros, el médico y poeta Vicente Salias improvisa allí mismo las primeras estrofas del futuro Himno de Venezuela, Gloria al Bravo Pueblo. Juan José Landaeta las vestirías con su excelsa música.

Fue allí en esa Sociedad Patriótica, una asociación revolucionaria fundada por Juan Germán Roscio, que trazó la ruta de un nuevo régimen republicano y democrático, donde se terminó sellando nuestra independencia.

En sus sesiones discutían sobre economía, política, asuntos civiles, religiosos y militares. Llegó a contar con hasta 600 miembros solamente en Caracas y con filiales en Barcelona, Barinas, Valencia y Puerto Cabello.

Hoy, desde el exilio forzado, hago votos para que, con la misma bandera de aquella Sociedad Patriótica, validemos el esfuerzo titánico de María Corina Machado, líder de la oposición unitaria, y de Edmundo González Urrutia, candidato presidencial. Detrás de ellos, millones de venezolanos, desde sus espacios, libran una batalla para lograr el resurgir de la patria real.

Por eso hoy apelo a practicar con templanza a la práctica más pura del ejercicio ciudadano y al mismo tiempo entender el compromiso que tenemos que asumir con el cambio.

Estamos obligados a ensamblar las luchas y las respuestas a los atropellos en contra de la sociedad civil con las mejores mentes y líderes honestos de la política que hacen oposición al modelo de Miraflores, con las universidades, los estudiantes, los gremios, los empresarios, las familias para templar un nuevo tejido.

Venezuela, en medio de tanta destrucción, ha reducido sus caminos solo a dos: el del bucle autodestructivo del modelo cubano, o el del resurgimiento desde la ética, la justicia, la dignidad, la ciencia y la fe para refundar el país.

Insistimos en la ética como pilar porque su poder transformador ha demostrado que puede trascender a generaciones y establecer sociedades justas, alejadas de vicios, sociedades que fortalecen naciones y generan cambios en el mundo.

Venezuela no ha sufrido guerras, pero ha sido destruida y llevada hasta los cimientos incluso de las familias, al empobrecimiento, al atraso y al éxodo dramático orquestado por un régimen que configuró el Estado Fallido de hoy, y también ha sido vapuleada por una oposición corrupta a la que debemos condenar, juzgar y de la que debemos desmarcarnos.

Reconozcamos la oportunidad que tenemos en frente, que es la unificación de todas las fuerzas de la sociedad que anhelan la recuperación, la justicia y el final del bucle destructivo.

Entonemos como nunca: ¡ABAJO CADENAS! con una masiva participación electoral.

Desde la Cuarta República no se había evidenciado un liderazgo carismático que hiciera posible que el 80 o más por ciento de venezolanos alejados de la política y de los partidos volvieran a confiar en la ruta electoral y recobrar la fe. Tal y como ocurrió con el Himno Nacional que levantó de la apatía a indecisos y desanimados.

Esta participación electoral que será, sin lugar a dudas, una de las más altas registradas en procesos presidenciales, se debe a los ciudadanos. En las primarias María Corina Machado logró motivar a más de 2.3 millones de electores con el 92.4 por ciento de los votos y su otro logro es que ha sido capaz de endosar la confianza recibida a Edmundo González.

Esta jornada creará nuevos paradigmas en la política venezolana.

Al analizar el discurso de Nicolás Maduro durante la última semana, además de amenazas y promesas vacías -como si no hubiera gobernado durante los últimos 10 años-, se nota el desaliento. Y las declaraciones de su hijo “Nicolasito” y Vladimir Padrino López son muestras de resignación ante una inminente derrota.

Solo resta esperar la conducta que asumirán los rectores del CNE.

El mundo estará vigilando al ente que cuenta con una falta de confianza por su historial por el manejo de todo lo que conlleva a la participación de los ciudadanos en el tema de los partidos, así como en el proceso de votación.

Este organismo que registra y cuenta los votos hoy tiene una amenaza que antes nunca tuvo y es que la manipulación y alteración de votos sería considerada un delito de lesa humanidad y sus responsables serían enjuiciados en la CPI.

Preparémonos entonces. Será una jornada de muchísimos obstáculos y que probará nuestra resistencia. Y estemos listos para cantar juntos nuestro maravilloso: “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y honor…”.

Carlos Alaimo
Presidente Editor del Diario Versión Final

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