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Diputado Olivares muestra hospitales inconclusos prometidos para El Vigía

Cemento, cabillas y un pozo sin fondo de inversión es lo que queda en las promesas del Hospital tipo IV de El Vigía, en Mérida. La zona se ha convertido en un cementerio de hospitales. Son dos las estructuras paralizadas en la misma zona que aún no tienen respuesta.

La historia data de 2007, cuando Hugo Chávez prometió la construcción de seis hospitales en el país, con la intención de transformar el sistema de salud. Fueron 872 millones los asignados para estas construcciones, de los cuales 74 millones fueron a El Vigía. Aún puede verse en la entrada el cartel de anuncia la obra.

En 2011 Eugenia Sader indicó que las obra nos erguirían como habían sido proyectadas, sino con material prefabricado. Sin embargo, ese mismo año, Sader anunció que no seguiría la obra ahí, por problemas con el terreno.

“Esta es la evidencia de la corrupción salud; de un pequeño grupito que se robó la plata de la salud”, dijo José Manuel Olivares, presidente de la Subcomisión de Salud, que junto al Alcalde Juan Peña, atendiendo un llamado del disputado Alexis Paparoni, recorrió las inconclusas instalaciones de un proyecto que hoy nadie recuerda.

“Hace años que aquí nadie viene”, dijo una mujer que aseguró ha vivida en la zona “toda la vida”. Según la vecina, que no quiso develar su nombre por “miedo” a ataques de los sectores oficialistas, el terreno solo quedó para ser el centro del hampa, que ve en las cabillas un lucrativo negocio. “Hasta 50 mil bolívares pueden dar por cabilla de contrabando”, explicó el Alcalde, que además resaltó no ha tenido respuesta a las múltiples denuncias que ha elevado a la Gobernación.

“Los venezolanos que hoy deberían estar acá siendo atendidos”, dijo Olivares, “hoy están en una lista de espera o tratando de recuperarse en el Hospital tipo II de El Vigía”, que además colapsa por la falta de capacidad.

La Zona Industrial
El segundo hospital que comenzó a construirse en 2011 aún puede verse en las inmediaciones de la zona industrial hacia la salida de El Vigía. De la estructura, solo se mantiene el nombre. Un amplio terreno eleva concreto y restos de materiales prefabricados que, además, tienen un destino diferente.

Entre los cientos de materiales, la lista de distribución de una empresa turca señala que estos iban para el Hospital General de Apure. Nadie sabe cómo terminaron en El Vigía y cómo aún están ahí esperando a ser utilizados.

“Para la continuación de esta red de macrohospitales tipo IV de Barrio Adentro, Chávez aprobó 2.800 millones de bolívares, de los cuales una buena parte iba a esta obra”, puntualizó Olivares. “Hoy no hay nada más que un elefante rojo a pocos minutos de otro por el que nadie responde”.
En 2015 el exministro Henry Ventura admitió que la obra estaba paralizada y que esta sería reiniciada a través del convenio China-Venezuela, aunque, como siempre, no dio una fecha clara. La actual ministra nos e ha pronunciado al respecto, mientras los pacientes siguen siendo remitidos a Mérida o, sencillamente, se resignan.

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