CEV: “No hay que darle más notoriedad a los radicales”
En medio de su apretada agenda, el arzobispo metropolitano de Mérida, Monseñor Baltazar Porras, vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), conversó con Versión Final sobre el diálogo. Con la serenidad y claridad que lo caracteriza el religioso fijó posición sobre la negociación política para llegar a una salida de la crisis concertada.
—El papa Francisco se refirió en una carta de manera directa al diálogo, ¿eso quiere decir que está consciente de la crisis que vive el país en lo político y lo social?
—El papa Francisco siempre ha estado abierto al diálogo no solo en Venezuela sino en todo el mundo. Solo conversando y aceptando la presencia del otro es como se puede llegar a la concertación. En este país no se puede seguir dando la espalda los unos y los otros y él (el Papa) lo ha dicho en más de unas ocasión.
—¿Cómo valora los avances que ha tenido el proceso de diálogo tras reconocerse que ha habido encuentros preparatorios?
—Lo importante es que las cosas no se hagan a espaldas de la sociedad y que todos sepan que se está llevando a cabo este tipo de negociación. Que haya claridad ante la opinión pública porque actualmente hay un gran nivel de desconfianza y, en este momento, las decisiones que tomen las fuerzas democráticas no puede ser un acuerdo entre cúpulas. Debe haber un mínimo de transparencia para que el colectivo tenga conocimiento de lo que se está planteando y pueda opinar.
—Ahora que se hizo público que hay reuniones se reactivaron nuevamente los roces gobierno –oposición, ¿merece la pena continuar aunque algunas de las partes involucradas haya pateado la mesa?
—¡Hay que continuar! No hay otra manera de superar la crisis que vivimos y evitar el uso de la fuerza y la violencia. Las partes tienen que seguir conversando con racionalidad; ese el camino más largo y arduo, no responde a la inmediatez, pero es la única manera de resolver la crisis.
—¿Ha tenido la Iglesia una participación en la fase preparatoria?
—La presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana siempre ha estado pendiente buscando establecer puentes, no para ser mediador, sino para facilitar que unos y otros se encuentren, se respeten, dialoguen y caminen por el bien común y el bien de la población.
—¿La Unasur o el Gobierno ya hicieron la invitación formal?
—No.
—En su criterio ¿a qué obedece esa situación?
—No sabría decir. Pareciera que hay cierto un nivel de desconfianza y que no quieren buscar gente imparcial que apueste por la paz y la convivencia del país.
—¿Qué mensaje le envía a los grupos radicales que se oponen a las reuniones GobiernoMUD?
—Siempre existen radicales, lo importante es no darle más notoriedad sino seguir caminando por la senda de la búsqueda del consenso. Esas personas los único que hacen es desviar la atención del objetivo y sencillamente enturbian y dificultan el trabajo que hay que hacer.
—¿Qué gestiones ha realizado la iglesia para facilitar la ayuda humanitaria?
—Son muchas las que se han hecho. Se han tocado las puertas a todos los niveles; han sido numerosas las ofertas que recibirnos de gran cantidad de países, bien numerosa, pero no hemos encontrado con una repuesta positiva. Incluso, hay ofrecimientos de recibirlos a iglesias a través de Cáritas, sin necesidad de publicidad o propaganda para paliar la necesidad en el campo de salud, pero han cerrado todas las puertas.
—¿Quién ha cerrado las puertas?
—El Gobierno. Nunca nos da respuestas positivas.
—Hay denuncias contra el Gobierno por invertir una fuerte suma de dinero en la Cumbre de Países No Alineados ¿qué pudo hacerse con esos recursos?
—Lo que hay que pensar y actuar es que lo mucho o los pocos recursos sean para el bien de población y no para un encuentro de este tipo que, además, de las circunstancias que lo han rodeado, parecieran una ventana que no deja bien parado al país, porque por muy amigos que sean, tienen otros mecanismos para saber lo que aquí pasa, y ofende las necesidades de la población de Margarita que exige se dediquen esos recursos públicos para satisfacer las necesidades de la región.
—¿Cómo valora la actuación del Sebin, que según especialistas, se han atribuido funciones de la Fiscalía al citar a líderes opositores?
—Eso ha sido señalado también por la Conferencia Episcopal y es una muestra más del rompimiento de la institucionalidad y el respeto a las leyes del país. No se puede obrar al margen de ellos ni darle atribuciones a quienes no la tienen enturbian y aumentan la desconfianza, y credibilidad en las instituciones que deben estar al servicio de la gente y no del Gobierno.
—Y el CNE, ¿cómo ve usted el trabajo que ha realizado con los lapsos del revocatorio?
—Hay una violación de lo que es la normativa legal al respecto. Pareciera que hay injerencia en las decisiones porque no se está cumpliendo con uno de sus principales características de la directiva que es la imparcialidad. Está muy claro que siguen normal y trabajan en esa dirección.