El diario plural del Zulia

Anauco: “Los CLAP parecen un mecanismo de atención de guerra”

Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), asociación civil sin fines de lucro que promueve la organización entre usuarios y consumidores, participó en nuestro repiqueteo dominical, en el cual habla de la anarquía a la que está sometida el pueblo venezolano por culpa del Estado.

—¿Cuáles son las razones por las que hay tantas precariedades en los servicios en Venezuela?

—Sufrimos serios problemas en todos los servicios, tanto públicos como privados, y que el venezolano como ciudadano tiene derecho a recibir porque así lo contempla la Constitución en su artículo 117, sin embargo, toda esta situación se debe a un problema que es estructural, porque todo servicio que se va a prestar requiere de un mantenimiento, renovación, sostenibilidad y rentabilidad para que pueda funcionar, pero cuando uno analiza a fondo esta situación, la asocia inmediatamente al tema de las divisas. La mayoría de los servicios están funcionando mal por falta de divisas como, por ejemplo, el servicio de telefonía celular que ya está a tope porque no hay manera de ampliar las redes y mientras más usuarios involucran esas redes sin que haya la ampliación de la plataforma, el servicio comienza a deteriorarse. Lo mismo pasa con el internet que uno de los peores del mundo es el que tenemos en Venezuela.

—Como consecuencias de estas de- ciencias, ¿cuáles resaltaría?

—Estamos teniendo malos servicios, que afectan los derechos, pero también esto está trayendo un problema de tipo social. La gente está molesta porque se ha convertido todo en una penuria, para comprar alimentos, medicamentos, contratar algún servicio, te aumentan las tarifas pero el servicio se deteriora, es de peor calidad, pero es más caro. Todo esto ha generado un cambio en el estado de ánimo y en el comportamiento del venezolano, que ya no es el mismo de antes, sino una persona irritable, que no se ve feliz, que está pasando mucho trabajo, yo creo que hay una tristeza generalizada que se materializa cuando son las 8:00 de la noche y tú no ves carros en la calle. Claro, eso también tiene que ver con la inseguridad pero también es un reflejo de su estado de ánimo porque la gente ya no quiere ni siquiera salir y todo este problema social parte del problema económico: el mal manejo de la economía y las políticas públicas tan desacertadas que estamos viviendo.

—¿A quién se le reclaman las dificultades para acceder a efectivo todas las quincenas, especialmente a través de cajeros automáticos?

—Tenemos un problema estructural, la única manera de que el cajero funcione como en cualquier parte del mundo es que se cambie el sistema monetario, porque tenemos una moneda que no vale nada y eso nos hace necesitar carretillas de dinero en el bolsillo. ¿Cómo puede un cajero surtir de tanto efectivo? De hecho los bancos tienen hasta restringido el cambio de cheques en taquilla porque no hay efectivo su ciente circulante para que las personas puedan tener el efectivo que gastan diariamente.

—¿Cuál es la percepción que tiene de los llamados bachaqueros?

—Bueno, yo no veo bachaqueros en Mexico, Brasil, Chile o Colombia ni en ninguna parte del mundo, solamente lo vemos aquí. El bachaquero que conocemos hoy a lo mejor es un oficio nuevo, pero el bachaquero en Venezuela ha sido siempre, ya sea con dólares o con las tarjetas raspando cupos porque de alguna manera siempre hay alguien que busca sacar provecho a unas regulaciones que impone el Estado, pero que terminan siendo pérdida, en consecuencia esas regulaciones de los dos tipos de cambio que tenemos en el mercado también generan distorsiones. Una de las principales distorsiones que estamos viviendo ahora es el desabastecimiento porque no hay divisas para comprar productos. Hay gente privilegiada que obtiene estos productos y que le saca provecho, ahora, sin ánimos de justificarlos porque me parece que es algo nefasto, es una consecuencia de las políticas públicas que se han implementado en Venezuela, que ha abierto unas compuertas de especulación gigantescas, porque todo lo que uno va a comprar o a hacer hay alguien que te lo consigue y uno termina pagando mucho más, entonces para qué la regulación si es mejor que las cosas funcionen bajo un esquema de libre competencia donde la gente compre lo que quiera y tenga que comprar pero que haya variedad y cantidad que comprar. Si yo necesito un remedio voy a una farmacia, no tengo por qué buscar a un buhonero que me lo venda.

—¿Cómo combatir esta situación?

—Hay que controlar la economía porque en la medida que se llenen los anaqueles de productos, el bachaquero tiene que buscar otro oficio, tiene que hacer otra cosa porque ya no va a tener clientes.

—¿A dónde debe acudir una persona que se vea agraviada?

—Nosotros estamos preparando a toda la gente que le ha pasado eso, organizando una acción colectiva y vamos a demandar a los bancos públicos emisores de tarjetas de crédito porque el problema en que, como todo, aquí pagan tarde, pagan mal y los bancos tienen problemas con las empresas franquiciantes de las TDC, entiéndase Visa y Master Card, es decir, si a Visa y Master el banco no le repone las divisas que la persona utiliza dentro de las 48 horas siguientes comienzan los problemas porque han tardado hasta meses en pagarle a los franquiciados, entonces se ha generado un caos de bloque en las tarjetas. Para que no siga pasando eso decidieron irlas bloqueando aleatoriamente, eso es jugar con los derechos del ciudadano, es un irrespeto que nos está perjudicando hasta la idiosincrasia, porque ya cuando un venezolano llega a otro país está en la incertidumbre de si su tarjeta va a funcionar o no y lo mismo piensan en los establecimientos comerciales donde llega. Somos vistos como morosos en el mundo, sin mencionar la serie de requisitos y de burocracia que ha impuesto el Gobierno, violentando así un derecho como el del libre tránsito.

—¿Qué debe hacer quién viaja y no puede hacer uso de sus divisas y terminan a la intemperie en otro país? ¿A quién se le reclama eso?

—Hay que aclarar que ya el “raspacupo” desapareció porque el precio al que va el Dicom en este momento le tumba el negocio. Entonces ahorita es la gente de bien la que se está viendo afectada, que viaja porque quiere o porque tiene que viajar. Me parece un crimen que a una persona se le aprueben sus divisas, le obliguen a sacar una tarjeta de crédito en un banco público que se supone debe tener el respaldo del Estado y después que se va, cuando llegue no le funcione la tarjeta, es una falta de seriedad.

—¿Qué pasa con las aerolíneas y la especulación en el costo del pasaje que es cobrado hasta en dólares?

—Ahí tenemos que retomar el tema de la anarquía. Y de la informalidad de las compras, pues resulta que a las aerolíneas el Estado les debe también una cantidad de dinero enorme por el tema de la liquidación de divisas atrasadas; millones de dólares que empezaron a generar un problema financiero a las aerolíneas porque ninguna empresa trabaja a pérdida, entonces cuando vieron el riesgo de perder su dinero comenzaron a cortar la frecuencia de los vuelos y empezamos a tener menos vuelos. La gente que compró los pasajes se quedó sin viajar, generándose así un verdadero caos, entonces las aerolíneas y el Gobierno se reunieron en una mesita redonda y decidieron que van a cobrar los boletos en dólares porque el Estado no les puede pagar la deuda que tiene atrasada. Bueno, la gente va a tener que comprar los boletos en dólares, pero a precio de la tarifa más cara del mundo; es decir, costos dos o tres veces más altos que lo que pueden valer, pero eso es todo irregular debido a que no hay ninguna providencia ni resolución que autorice ese tipo de cobro, el mecanismo funciona bajo una falsedad, haciendo mentir al ciudadano, porque le hacen decir que está ingresando mediante una página web desde una ciudad fuera de Venezuela. De lo contrario no hay cupo, luego a la gente le toca pagarlo en dólares, cuando Venezuela es un país que tiene control de cambio y que la moneda de curso legal es el bolívar, ahora te lo está haciendo un aerolínea con oficina en Venezuela y que tiene punto de venta en Venezuela y que factura en este país, pero que ante este tipo de situación factura como si estuviera en Bogotá o Madrid.

—¿Qué ha hecho al respecto?

—Nosotros introducimos una demanda ante el TSJ por la venta de boletos y de carros en dólares: Negocio con el que ocurre algo muy similar. Ya la AN se apersonó y la comisión de transporte tendrá una mesas de trabajo con nosotros como denunciantes, porque si el problema es que le deben a las aerolíneas que lo resuelvan ellos, pero no es justo que los venezolanos siempre tengamos que pagar los platos rotos y tener que suplir esa deuda.

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