El alérgico billete de 100

Maracaibo amanece tensa, luego de saber que hasta el miércoles circulará el billete de 100 bolívares. El de mayor denominación, el que todos utilizan para realizar pagos y llevan en las famosas pacas de billetes de las que tanto hablan los economistas.
Incertidumbre. Es la palabra que usan los transeúntes para expresarse sobre la noticia del domingo. Los bancos no trabajaron el lunes y restan sólo dos días para completar la engorrosa tarea de canjear o depositar todos los papeles de mayor denominación en la economía venezolana.
Caso I: Comercios
El ajetreo de la ciudad lo consume. Desde el domingo en la tarde, cuando se enteró del decreto hecho por el presidente Maduro, sobre la salida de circulación del billete de 100, la inquietud no deja su ser. Fernando y su esposa decidieron no aceptar el papel de mayor denominación, para evitarse molestias en los bancos.
En la mañana salen con los sacos de verduras que venderán en el mercado. Los clientes entran al lugar y con zozobra, se acercan al mostrador improvisado con una mesa, a pagar. —No aceptamos el billete de 100, señora. —¿Cómo que no? ¿Prefieren perder la venta? —Pregunta Mariángel, con las bolsas de tomate y pimentón en una mano, y los billetes en otra —Imagínese señora, ya salió el decreto—. Al escuchar, avienta las bolsas al suelo, suelta un insulto entre dientes y se va.
Los demás clientes perplejos ante la escena, salen como hormigas de la verdulería de Fernando, en busca de otra que si acepte el ahora, despreciado billete.
Unas cuadras adelante, Mariángel pregunta antes de ingresar y piensa que la nueva interrogante de los comercios se convirtió en ¿Aceptan billete de 100? En vez de si hay punto de venta. —Si aceptamos doñita, pero nada más por hoy (lunes); mañana Me deshago de ellos y listo, ya el martes no los agarro. El banco estará horrible y no puedo dejar el negocio botado—. Mariángel se alivia y hace la compra, sin embargo, detrás de su mente reside la preocupación y se mentaliza al tedio que le espera en el banco.
Caso II: Salariado/Pensionado
Karina es recepcionista; gana salario mínimo con cestatique. Mientras descansa el domingo revisa el chat y se entera del decreto. Acto seguido, recuerda que el día siguiente es bancario.
Observa en las redes sociales una fotografía haciendo alusión a la situación, como si fuese un reto de la famosa película El Juego del Miedo y se estremece.
Sale el lunes de su casa con resignación y un pequeño fajo de billetes en el bolsillo de su chaqueta. Se monta en el carrito y le tiende el billete de 100 al chofer. —Te lo acepto porque saliste bonita hoy— le dice, mirándola por el retrovisor. Karina sonríe tímida, pero teme que de regreso no tendrá tanta suerte.
¿Ya no los aceptan, señor? —Algunos no mija, como uno que otro carrito de la limpia, del milagro, C-2 y buses de ruta 6. Yo sí, porque ¿Cómo pagan entonces? Pero hay que tomar previsiones. No deje lo del banco pa’ última hora —le dice el chofer.
Mira por la ventana y nota en una bomba de gasolina una hoja tipo carta pegada con tirro al pilar de concreto. “No aceptamos billetes de 100”.
Karina piensa con lastima en que a su abuela Martha, de 86 años, le pagaron la pensión en billetes de 100 bolívares —Será que vayamos juntas a cambiar o depositar ese dinero en mi cuenta—, piensa, mientras los pasajeros que van a su lado conversan sobre el tema y sueltan uno que otro comentario soez hacia el nuevo decreto presidencial que, sin muchos detalles ni información adicional, salió en gaceta oficial el mismo domingo.
Con el anuncio del mandatario, cuyas intenciones se dirigen a detener el contrabando de papel moneda en la frontera, los marabinos expresan al equipo de Versión Final, que se encuentran entre la espada y la pared. A la espera de la actualización del cono monetario e información difusa de las autoridades, los sectores económicos prevén que el caos reinará en la semana antes de la navidad en Venezuela.