Triunfarán la razón y la vida, por Francisco Arias Cárdenas
Necesidad urgente para el país todo en estos días, es un buen receso para la reflexión serena. Las palabras, las propuestas, son urgentes frente a la destrucción, la violencia y la amenaza que orienta la desesperación por el poder de sectores políticos.
Nos motiva para ello, en la región zuliana, el encuentro con la gente de la Cuenca del Lago, durante el trabajo y recorrido de estos últimos cuatro años. Nos fortalece y compromete la alegría de las comunidades cuando reciben sus ambulatorios, hospitales y escuelas rescatados del abandono en que los sumieron gobiernos regionales, dirigido por dos titulares del mismo signo político durante más de una década.
Uno no deja de preguntarse cómo es posible desatender a tal punto la educación y la salud, especialmente en las zonas más vulnerables, cómo se puede crear una imagen mediática tan burlona de la realidad, y pretender monopolizar la fe de nuestro pueblo.
Por nuestra parte, con genuino compromiso, vamos rumbo a las 200 escuelas rehabilitadas completamente: desde las áreas de juego, hasta las aulas, cocinas y comedores. Interactuando con el Gobierno nacional, les proveemos de Canaimitas, de útiles escolares, de alimentos. Estamos entregando instituciones que dignifican el conocimiento y la vida. Vivimos tiempos de retos, de trabajo y de esperanza, esa que nos regalan las voces de las niñas y niños contentos de ver su escuela remozada.
Nuestros corazones viven el dolor de vidas arrancadas por una violencia que dirigen los mismos políticos de la desidia y el abandono. Las imágenes son elocuentes: frente a las del edificio del Instituto Regional de Deportes, saqueado y ardiendo en llamas, surge el trabajo fecundo y sin descanso con nuestros jóvenes; a la escena del edificio de Inavi, saqueado e incendiado, responden las siluetas de miles de viviendas dignas entregadas a las familias zulianas. Seguimos trabajando por la Venezuela soberana, de paz y justicia, de solidaridad y prosperidad, que nos merecemos. No dudemos: triunfarán la paz y el trabajo.