El diario plural del Zulia

Rodrigo Rivera Morales | La sociedad civil protagonista del nuevo modelo

En estos 25 años de dictadura chavo-madurista se ha destruido el Estado de derecho y se ha ido construyendo un modelo de concentración de poder estilo dictaduras comunistas, personalistas y aplastantes de la sociedad civil. Se persigue a quienes reclamen las reivindicaciones naturales de vida (agua, electricidad, alimentos, salud, empleo) y se acosa a las organizaciones expresión de la sociedad civil.

Venezuela, en su período democrático venía avanzando, aunque lentamente, en la descentralización y desconcentración. Había un sentimiento nacional de mover los ejes de las respuestas a las demandas sociales. La idea era acercad ese eje a la sociedad civil. Ello implicaba ir trasladando competencias a los estados y a los municipios. Lamentablemente, este proceso se paralizó con la llegada del chavismo al poder, retrocediéndose a un centralismo personalista.

En estos 25 años de despelote administrativo, en la cual entre despilfarro y corrupción se han perdido más de un billón de dólares, el modelo personalista eliminó la contraloría pública, evidentemente, jamás atendió al reclamo del pueblo que denunciaba los malos servicios, obras inconclusas y corrupción- Es más quien denunciase estos hechos era calificado como terrorista, enemigo del pueblo, apátrida y era acosado por las bandas criminales de colectivos, o perseguido por los cuerpos policiales.

En nuestras discusiones entre Carlos Alaimo, Abdón Vivas Terán y mi persona hemos considerado que una forma de fortalecer la democracia y que se vaya perfeccionando es darle un mayor rol a la ciudadanía, que no solo sea un elector, sino un sujeto de derechos políticos activos y deliberante en la formación de la opinión pública, especialmente, que ejerza función de contraloría social a la función pública.

En este sentido pensamos que la descentralización debe implementarse hasta llegar al municipio. No solo se trata de descentralizar funciones públicas, sino que debe ampliarse hasta aspectos de hacienda pública, que permita darle músculo a la gestión municipal. Alaimo sugiere, por ejemplo, que ciertos tipos de impuestos deben ser percibidos por el Municipio. En este aspecto apreciamos que sería favorable que el Municipio tuviese facultades para incentivar la localización de empresas en su jurisdicción de participar en el impuesto sobre la reta de esas empresas y exonerar por un lapso su participación, independientemente de exonerar impuestos municipales por un período de tiempo.

Creemos que fortalecer el municipio es acercar mas el pueblo al eje de demandas a la función pública, pero lo más importante es que posibilita al pueblo ser protagonista de su desarrollo en marco de la libertad y la participación democrática.

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