Rodrigo Rivera Morales | ¿La dictadura acatará la soberanía popular?

En la calle, en los cafetines, las panaderías, en el mercado, en cualquier conversación se percibe el inmenso rechazo ciudadano al régimen político actual. Ya se trata de casi toda la población sin distingos de color político, pues, incluso muchos que ayer eran chavistas furibundos hoy manifiestan su repudio al gobierno de Maduro. En todos los rincones del país se manifiesta la idea de la urgencia de cambiar el gobierno, se divisa que la gente se organiza y moviliza para enfrentar a la nefasta tiranía.
Maduro y sus más cercanos secuaces permanentemente hablan como representantes del pueblo y se desgañitan afirmando que obedecen al pueblo porque allí reside la soberanía. En efecto, la Constitución nacional en su artículo 5º dispone; “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público”. No obstante, su práctica es contraria al reconocimiento del pueblo soberano, su chachara es solo palabrería publicitaria. Sus perversas políticas y su corrupción generalizada han sumido a la mayoría al hambre y pobreza, al desempleo, pésima educación y desastroso servicio de salud pública, ni se diga de las deficiencias de lo servicios de agua y electricidad.
¿Puede hablarse de respeto de la soberanía popular cuándo se somete a condiciones indignas de calidad de vida? ¿Se respeta al pueblo cuándo se le reprime brutalmente y se realizan ejecuciones en las barriadas bajo la más absoluta impunidad? ¿Hay respeto de la soberanía popular cuándo se impiden elecciones libres, se manipula fraudulentamente el sistema electoral? ¿Hay respeto a la soberanía popular cuando se reprime al pueblo por manifestar disidencia a las políticas gubernamentales por ser antipopulares? O ¿Cuándo circunstancialmente, no por acto político, se sirve a la oposición, como han sido los casos del hotel, la venta de empanadas y el canoero, en forma arbitraria los cierran y confiscan?
El pueblo venezolano está decidido a salir a votar contra la dictadura y hacer ejercicio de su soberanía. Ha perdido el miedo y no cede ante el chantaje del bono y las bolsas Clap, por cierro, de comida de mala calidad, pues, obtienen enormes beneficios en comisiones por comprar desechos en otros países. Ha escogido la vía electoral para echar a ese grupo criminal instalado en el gobierno y gritan alegremente y con valentía que irán hasta el final. Debe entenderse que ir hasta el final es acudir masivamente a votar contra el régimen y defender su soberanía expresada en el voto.
Sabemos que el gobierno está derrotado, perdió el afecto popular, su ineficacia, sus torpes y erráticas políticas y la corrupción gigantesca le han ganado un total repudio, no hay duda que perderán las elecciones, por más maniobras y fraudes que intenten realizar. Por ello, surgen dos interrogantes fundamentales. La primera ¿Acatará el régimen el mandato de soberanía popular expresado en la votación que otorga mayoría indiscutible al candidato de la Unidad democrática Edmundo González Urrutia? Si tomamos las expresiones de sus voceros más encumbrados y los órganos electorales,
forzosamente tenemos que convenir que no acatarán la voluntad popular. Tienen mucho que perder, no solo el poder y sus prebendas, sino que no podrán disfrutar de sus riquezas mal habidas, además, de la posibilidad real de ser enjuiciados internacionalmente. Sabemos que por sí solos no podrán impedir un desconocimiento de una masiva y descomunal votación de rechazo al régimen y apoyo al candidato de la unidad nacional. Es obvio, que tendrían que tener el apoyo de las fuerzas armadas.
Esto nos trae el segundo interrogante. ¿Está las fuerzas armadas dispuestas a correr una aventura de desconocer la soberanía popular? Por diversos indicadores considero que la mayoría dl componente militar no está dispuesto a apoyar una barbaridad de esas. Buena parte es institucionalista, y son gente que proviene del pueblo venezolano, y sus familias están llevando todos los padecimientos que sufre la nación.
En conversaciones con familiares de militares (padres, hermanos, primos y parientes políticos) me han manifestado su problemática, algunos han pasado hambre, no hace oposición abiertamente para no perjudicar sus familiares militares. Van a votar contra el régimen y aspiran que sus familiares no sean vigilados y se les respete. Las encuestas. También, indican que la mayoría de los miembros de las fuerzas armadas no son afectos al régimen. Por otro lado, quienes tienen contacto con militares activos sustentan lo mismo, que no apoyaran un desconocimiento de la voluntad popular.
Esto hace imprescindible una sólida organización popular, como lo viene exaltando Carlos Alaimo, para defender en las mesas la votación, preservar las actas y demostrar el triunfo. Hacer resaltar a la vista, a las fuerzas armadas, que hay un pueblo activo dispuesto a defender su soberanía, que es el momento de unión nacional, no solo del pueblo civil, sino pueblo y militares. Ambos podemos rescatar el Estado de derecho y convivir en paz y cohesión social.
Los papeles del CREM
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Editado por los Papeles del CREM, 5 de junio del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca.