El diario plural del Zulia

Rodrigo Rivera Morales | Caída libre de la oligarquía cívico-militar gobernante

El pueblo venezolano le ha propinado tres contundentes derrotas consecutivas a oligarquía cívico-militar gobernante. La primera fue el 28 de julio de 2024, manifestando en forma activa su rechazo a la pandilla en el poder. En esa jornada fue el voto activo y soberano, contra el voto obligado o comprado por el régimen. Fue un pueblo rebelde y gallardo enfrentado a una pandilla criminal. Maduro y sus secuaces conocían del inmenso rechazo popular, por ello ordenaron al lacayo Amoroso que debía alterar los resultados; el alto mando militar escogió a sus tropas sicarias para reprimir con violencia la protesta popular; los cuerpos policiales y de inteligencia practicarían una oleada de detenciones y muertes para aterrorizar al pueblo y parar las protestas contra el descaro robo electoral.

La segunda derrota fue en diciembre de 2024, cuando el gobierno llamó a elecciones de los jueces de paz. Esta derrota fue mediante resistencia pasiva del pueblo venezolano. No acudieron a votar. El gobierno, como es su costumbre de mentir, habló el bocazas de Diosdado y la sin pena de Caryslia de millones de votos. En realidad, solo votaron 838.547, básicamente, los que reciben el CLAP. Hay dos hechos anecdotarios: en una aldea conflictiva, concretamente Boca de Grita, el candidato a juez es colombiano, conocido miembro de la guerrilla, quien ha sido protagonista permanente de extorsión y cobrador de vacuna en la zona; en otra población cercana a la frontera, llamada Río Chico, el juez electo Simón Pérez, en febrero, decidió irse al exterior para mejorar su calidad de vida.

La tercera gran derrota fue el domingo pasado 25 de mayo. Con malas cuentas los sirvientes Amoroso y Quintero hablaron de casi 5 millones de votos. Datos cruzados, de observadores bien preparados, estiman la votación entre 1 millón setecientos y 2 millones cien mil. Ha sido una expreesión pasiva del pueblo de su profundo rechazo a la pandilla cívico-militar gobernante. El pueblo, pese a la intensa represión desatada días y horas anteriores, se preparó y tomó evidencias de la soledad de los centros de votación.

Estas contundentes derrotas de la mafia gobernante es claro indicio de su colapso. Ya no disponen de apoyo en el pueblo. Sus llamados no son aceptados por el pueblo. Además, ya la ciudadanía venezolana sabe que mienten, saben que los personeros de la pandilla son cínicos y desvergonzados. El pueblo sabe que el gobierno para mantenerse en el poder emplea muchas maniobras: chantajean, amenazan, encarcelan, compran conciencias y ofertan demagógicamente decenas de reivindicaciones sociales.  Ojo, pero esta caída no es solo de la pandilla gobernante, con ellos están cayendo los alacranes y los colaboracionistas.

Los ejemplos más palpables de esta afirmación lo muestran el ridículo papel protagonizado por Manuel Rosales y Henrique Capriles. De Rosales su trayectoria política indica un pragmatismo oportunista. Su ejercicio en la gobernación del Zulia deja mucho que criticar, no defendió al pueblo zuliano y permitió que lo despojaran de institutos de raigambre en el Zulia o menoscabaran instituciones como0 la gloriosa Universidad del Zulia. Además, deja en el aire su vista gorda al inmenso tráfico de drogas desde Colombia.

De Henrique Capriles en estas elecciones se pone al desnudo. Es y ha sido un hombre sin formación política. Capriles llegó casualmente a la política cuando fue electo diputado. El era un funcionario en el SENIAT. Tenía contacto con empresarios, estos exigieron a COPEI, en compensación por financiamiento, varios cargos al congreso, entre postular a Capriles. Subió así, sin contacto popular. Por pura carambola y en negociaciones con empresarios fue electo vie-`residente del Congreso Nacional, lo que implicaba ser Presidente de Diputados. Más tarde, por conveniencia de la clase alta y los dueños de medios, ante el desprestigio de los políticos de los partidos tradicionales, fue designado candidato. Fue su primer encuentro con el pueblo. Muestra que no tiene sentido del pueblo es que no leyó lo que el pueblo quería. Se lanzó ávido de votos y solo ha obtenido rechazo. Otros dicen que no tanto por esa avidez popular, sino que llegó a cuerdos económicos con el gobierno, además, para llevar la contraria a MCM, quien si ha demostrado una simbiosis real con el pueblo.

No hay duda, la caída de la pandilla cívico-militar, sus secuaces, acólitos alacranes y mercenarios políticos están en caída libre del escenario político. Emulando las leyes de la física se diría que son cuerpos que caen al perder la resistencia gravitacional: han perdido al pueblo, que es la fuerza soberana, y han arruinado al país con sus corruptelas y sus torpes medidas. Ya el pueblo se ha pronunciado tres veces. Viene la caída.

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