El diario plural del Zulia

Pensamientos de El Libertador que no se cumplen, por Ángel Rafael Lombardi

Me prometí a mí mismo no “analizar” nuestra política nacional. Entre otras razones no soy un político de carrera o que haya militado o milite en algún partido político; sólo un sencillo ciudadano. Luego, uno tiene que escribir y opinar de aquello que uno más o menos sabe, de lo contrario, este sería un ejercicio de la irresponsabilidad y de paso, vanidoso. Y finalmente, no tengo derecho a expresar mi bilis ni mis rencores: ese es un acto de la intimidad.

Aunque como ciudadano e historiador nunca me he sido indiferente a nuestro presente, que de paso, es el verdadero tiempo de la historia porque toda ella se ha pensado desde las inquietudes, problemas y esperanzas de la contemporaneidad. Siempre me ha llamado la atención que nuestro “Padre de la Patria”, Simón Bolívar (1783-1830), invocado un millón de veces por los gobernantes y la gente de a pie, no contribuya mucho, o mejor dicho, no inspire a los venezolanos a vivir en paz, respeto y con la mayor armonía posible. Es como si lo dicho por Bolívar sólo sean palabras al aire y letras muertas. Veamos.

“La mejor política es la rectitud”. Un país de pícaros es en lo que se ha convertido Venezuela; y la crisis ha profundizado esos rasgos negativos de la idiosincrasia nuestra tan dada a vivir en forma libre, haciendo lo que nos da la gana sin importar el daño que le hacemos a los otros. Luego está, el mal ejemplo de los gobernantes y sus aberrantes escándalos de corrupción que ya lucen hasta normales.

“Aunque un soldado salve a su patria, rara vez es un buen magistrado. Acostumbrado al rigor y a las pasiones crueles de la guerra, su administración participa de las asperezas y de la violencia de un oficio de muerte”. Todo un alegato en contra del militarismo, estando éste enseñoreado por casi 150 años desde que nacimos como República. Hoy, quienes sostienen a la actual oligarquía socialista en el poder, son los militares que ocupan el 75% de los cargos más importantes en la conducción del país. Y de paso, lideran la represión contra una ciudadanía desarmada.

“El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es Gobierno”. Bolívar, losó camente fue un republicano en conflicto con su indómita realidad sociológica. Los venezolanos en pleno siglo XXI, cada día que pasa enterramos aún más los beneficios de vivir en una democracia plena, con leyes que funcionen y se respeten; y con las vitales elecciones para renovar nuestra dirigencia. La “fuerza no es Gobierno”; el Gobierno es básicamente acuerdos, pactos, negociación y políticas compartidas desde una eficiencia cuyo impacto en la sociedad, la ciudadanía agradecería porque le pudiera garantizar vivir en paz y prosperidad.

“Un pueblo es esclavo cuando el Gobierno, por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano”. Más claro, imposible. La actual realidad, de un régimen que aspira a la eternidad en el poder y que hace de la Constitución y sus instituciones una plastilina modelada a su medida, termina por usurpar los más fundamentales derechos civiles.

Sería muy bueno que el pensamiento del Libertador sea releído y aplicado en el momento actual porque ya no resiste tantas tergiversaciones y manipulaciones de parte de un poder que aplasta, dañando la salud de la Nación. De ello pueden dar testimonios los tres millones de venezolanos que han huido al exterior.

Lea también
Comentarios
Cargando...