Noel Álvarez // Juegos de guerra
Albert Einstein dijo «No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles se hará en la Cuarta: palos y mazas». Las guerras siempre han sido parte de la historia humana, esta última siempre plagada de ambigüedades. La humanidad, a lo largo del tiempo, ha logrado hitos increíbles: la construcción de las pirámides egipcias, la formación de civilizaciones tan complejas como la griega y vencer la barrera espacial, poniendo pie en nuestro satélite natural. La otra cara es la de las decisiones irracionales, los conflictos en masa que solo cambian la distribución política de los países en un planisferio, pero que, irremediablemente atraen más confrontaciones.
El tema de los conflictos bélicos da para tanto que, incluso se han elaborado diversas teorías para intentar explicar el porqué los seres humanos somos tan propensos a propiciar conflictos armados. Algunas de ellas pueden estar mas o menos adaptadas, actualmente, al panorama geopolítico mundial.
La teoría del “Macho Guerrero”, propugna que los hombres se convirtieron en violentos para asegurarse el acceso a los recursos y a las mujeres. Para aumentar su poder los hombres aprendieron a formar coaliciones; cuanto más poderosa era la unión, más posibilidades tenían sus miembros de transferir sus genes a las futuras generaciones, que a su vez heredaron la predilección por la violencia y la formación de ejércitos.
La teoría de los “Halcones Persuasivos” expone que, cuando surgen conflictos hay partidarios de las acciones militares ('halcones') y de las negociaciones ('palomas'). Normalmente ganan los 'halcones' porque la gente es propensa a las ilusiones, lo que le lleva a aceptar los argumentos de los halcones.
La teoría de la “Guerra como Depredación” explica que la raíz del comportamiento bélico está en el miedo de nuestros antepasados ante animales que eran depredadores más hábiles. Con la evolución, los humanos aprendimos a construir instrumentos de guerra y celebramos la victoria sobre el mundo animal con brutales rituales de caza, los cuales con el correr del tiempo, se convirtieron en rituales bélicos contra nuestros congéneres.
La hipótesis del “Pensamiento de Grupo”, combina dos teorías, la del macho guerrero y la de los halcones, supone que, en tiempos de crisis, cuando una sociedad se siente amenazada, puede fácilmente llegar a pensar en términos de, 'nosotros contra ellos' y desarrollar un plan unánime de acciones. Creo que esta premisa puede estar en mente de la comunidad internacional para evaluar el caso de la invasión rusa a Ucrania.
“La guerra como técnica de negociación” señala que las guerras no son algo innato o aprendido, sino un instrumento político al que recurren los dirigentes cuando no tienen otras maneras de resolver una disputa. Este modelo no considera la guerra como el fracaso de la diplomacia, sino su continuación, ya que las negociaciones continúan durante la guerra, la cual acaba, cuando se llega a un acuerdo.
“La guerra como gestión del miedo”, los integrantes de cualquier cultura necesitan creer en algo que sobrevivirá tras su muerte. La fe no permite aliviar el miedo a nuestra propia muerte. En cambio, las amenazas a un país o a un grupo provocan que sus miembros deseen proteger su cultura pagando el precio de su propia muerte, porque al fin y al cabo nuestra cultura puede sobrevivir cuando no estemos.
“La tecnología como motor de la agresividad” esta teoría explica que la agresión es un instinto que permite sobrevivir tanto a los humanos como a los animales. Sin embargo, en el caso de los humanos, las armas y la agresión comunal aumentan no solo nuestra capacidad de defendernos, sino también los instintos de violencia.
La hipótesis de “La guerra como fenómeno social que se puede olvidar” esta supone que la guerra no es una consecuencia inevitable de nuestra naturaleza, sino una invención social de la cual uno puede desprenderse. Si la guerra es una respuesta social a nuestro entorno, poner fin a las guerras también puede ser un acto social.
Para finalizar, cito al escritor británico John Keegan, quien en su libro Historia de la guerra, relata que, no ha habido período del pasado, libre de luchas encarnizadas y enfrentamientos entre tribus, pueblos o civilizaciones, a consecuencia de que, la guerra representa un hábito arraigado en la cultura de los pueblos, tanto como las tradiciones y costumbres matrimoniales, alimentarias y religiosas.
*Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE
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