Neuro J. Villalobos Rincón | Una cosa muy seria

“La mala conciencia consiste en no hacerse cargo de las propias elecciones y actuar como si uno no estuviese eligiendo nada.” Jean Paul Sartre.
Para gobernar hay que tener un poco de humor, algunos piensan que hasta saludable es. Lo cierto es que forma parte de la tolerancia que todo gobernante debe mostrar ante sus errores y la mordacidad de la crítica. En Venezuela hemos visto que existen cómicos y hasta artistas de todo género, que cuando fracasan en los escenarios de la actuación pretenden ensayar en los escenarios de la política. Pero siempre observamos que hay políticos que no cejan en su empeño de poner la cómica.
La política es una actividad bien seria, sobre todo cuando se trata de buscar acuerdos con los demás ya que requiere organizar y coordinar entre muchos, lo que generalmente afecta a muchos. De allí que es necesario tomar en consideración lo que expresa Savater: “aunque uno crea tener buenas razones, debe estar dispuesto a escuchar la de los otros sin empeñarse a ultranza en las propias, por que lo contrario lleva a la tragedia o a la locura.”
La burla oficial, la intolerancia o el irrespeto frente al reclamo de su incompetencia por los ciudadanos, forma parte de la gran tragedia nacional y eso, es obvio, no debe ni puede causar risa. No podemos confundir el humor con la comicidad en asuntos tan serios y detestables como los señalados. La verdad siempre debe prevalecer por encima de todas las cosas, de allí que le demos la razón a José Ingenieros cuando expresa que “la verdad hay que saberla amar y sentir. Las nociones mal digeridas sólo sirven para atorar el entendimiento”
Por tales razones vengo insistiendo machaconamente que recuperar la grandeza de la política requerirá de nosotros mucho tiempo, porque es necesario recuperar nuestros valores perdidos en su ejercicio desde hace largo rato y porque es una actividad que se debe realizar pensando en el bienestar de nuestros semejantes.
En nuestro país, como en muchos, hay un gran vacío entre lo que la mayoría de la población aspira y demanda y lo que la dirigencia política ofrece. Quizás porque entienden su ejercicio como lo expresa Mark Twain: “la política es la única profesión en la que se puede mentir, engañar, robar y aún así ser respetado.” Ni siquiera han reparado que a nuestra sociedad ya no es posible aplicar lo que hace años fue el lema de una gran empresa publicitaria: “permítanos pensar por Ud.” Ya nuestra gente piensa con cabeza propia, observa con malicia y actúa con viveza.
Lo que comúnmente se dice sobre “la chispa” del venezolano no es más que el reconocimiento de que es un ser inteligente, que entiende lo que pasa y es capaz de dar respuestas oportunas. Esta sociedad en la que nos movemos no va a sacrificar tontamente tantas generaciones detrás de la utopía comunista como en el caso cubano. Ya lo demostró en las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado. La única revolución palpable en nuestro país, es la revolución de las expectativas crecientes. Por esa razón, la mayoría reclama la refundación del orden democrático sobre la base de la recomposición de las instituciones; el rescate de los valores que lo identifican; la unidad-reconciliación y el establecimiento de un modelo de relaciones sociales basado en la igualdad de oportunidades, la no discriminación y la inclusión participativa.
Es evidente que la gente aspira a opinar, participar e influir sobre las decisiones que los afectan y esperan un liderazgo con una oferta creíble y factible, superior a la del paternalismo del Estado que vulnera su dignidad y que lo hace cada vez más, dependiente de las clases en el poder. Hay quienes se empeñan en nadar contra la corriente al querer imponer una forma de organización social que el 85% de la población rechaza; minimizar la propiedad privada que el 87% la defiende y mantener el principio de que ser rico es malo, con lo cual el 86% está en desacuerdo.
Por mucho humor que se tolere, la “chispa” del venezolano no va a permitir que le roben los resultados de las elecciones presidenciales pasadas y puede encender el fuego que de inicio al incendio en Venezuela, y eso puede ser una cosa muy seria.
El Dr. Neuro Villalobos Rincón fue Rector de la Universidad del Zulia y presidente de la Academia de Ciencias Económicas del estado Zulia.
Editado por los Papeles del CREM, 15 de noviembre del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca. [email protected]