El diario plural del Zulia

Marlon S Jiménez García | Murió el trabajo como hecho social

Todos los procesos llamados "Revolución" tienen como principal bandera política la atención  prioritaria de las necesidades fundamentales de la clase trabajadora.

Casi todos los sindicatos, sin distinción ideológica, se plegaron al discurso político, del hoy inquilino del averno,  que transmitió en 1998 en su campaña electoral presidencial, por estar éste vinculado a fortalecer integralmente a los trabajadores del país,  y resultó ser, en tiempo y espacio, todo lo contrario.

La llegada al poder del Presidente Obrerista -el usurpador³- ese "enfado planificado" anti laboral, se radicalizó. Nunca antes el sector laboral ha estado tan deprimido; los trabajadores perdieron TODOS sus derechos laborales, de manera directa el derecho individual del trabajo; se abolió la existencia sindical y obviamente, las convenciones colectivas llegaron a su final; es decir, feneció también el derecho colectivo del trabajo.

Esto significa que, uno de los éxitos más importantes en la historia laboral venezolana, que es la de llegar, a tener en nuestra legislación laboral, al Trabajo como un Hecho Social se derrumbó de ipso facto.

Eso es más de 100 años de lucha social y sindical, me refiero a la: Fundación de la OIT en 1919, gracias a las negociaciones del Tratado de Versalles; a la Declaración de Filadelfia de 1944, documento histórico que establece los fines y objetivos de la OIT; a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU de diciembre de 1948; y al desarrollo en Venezuela de la legislación laboral de 1936 (duró más de 55 años, por supuesto con muchas reformas), la LOT de 1991 (que pone a nuestro país en la modernidad laboral y la llegada de la LOTT en revolución (hoy es letra muerta).

En la misma dimensión como muere el Derecho del Trabajo en Venezuela, también decrece el movimiento sindical, solo son reconocidos aquellos que, se entregaron al régimen, a cambios de prebendas onerosas.

El 1ro de mayo que, siempre en la IV república, era una fecha súper esperada por los trabajadores de nuestro país, es ahora, una fecha de decepción, tristeza y desesperanza; siempre hay una excusa burda para no aumentar el salario a los trabajadores.

El salario mínimo es el más bajo del mundo 1,2$ (las tablas salariales están paralizadas) y ya han pasado 1859 días y una inflación acumulada anual de 390% y para el presidente obrerista eso no es nada. Es decir, los trabajadores públicos tienen el mismo salario y cobran el mismo monto de vacaciones y aguinaldos que cobraron en el año 2021.  Para los jubilados y pensionados la situación es peor y se agravará; para los cubanos que, tienen el poder de decisión, y éstas se cumplen, llueva, truene o relampaguee ,éstos son una carga para el Estado.

Causa estupor e indignación escuchar al USURPADOR3 considerarse un “Presidente obrerista”. La realidad es que nunca los trabajadores, en su conjunto, han estado en peores condiciones, no solo desde el punto de vista salarial, sino también en lo social y en lo ético, como están ahora; nunca antes en el contexto laboral había existido en un Gobierno, políticas restrictivas que incidieran como vorágine de forma negativa en la calidad de vida de los entes laborantes y de los dependientes de estos.

Éste régimen comunista, es y será, una cosa inútil y despreciable, el hecho de llamarse éste PERSONAJE DE MARRAS “presidente obrerista”, manifiesta de forma inequívoca que la “realidad construye la verdad”, porque esa afirmación, confirma que todo se debe a un engaño o artificio encubierto, propio y natural de los ñángaras.

En Venezuela la deuda interna, desde el punto de vista laboral en el sector público, aumentó en los primeros 12 años de la malévola revolución del siglo XXI más de 600 por ciento; cuestión que se vislumbra en las condiciones laborales de los jubilados, aunado a los 14 ceros que le quitaron al bolívar, esa deuda se contrajo prácticamente a cero. Es decir, el régimen ex profesamente borró de la lista las deudas a todos los trabajadores del sector público.

El régimen en casi todas sus Ministerios estaba súper atrasado en el pago de las prestaciones sociales; ahora es el trabajador que teóricamente le adeuda dinero al Estado; ya que con un salario mínimo como éste  no podrá pagar, ni siquiera la cotización al IVSS, política habitacional, etc.; por ejemplo, en los ministerios de Salud y Educación cientos de miles de trabajadores que tienen “oficialmente” 15 y más años jubilados, no han recibido los pagos correspondientes, con la gravedad de que los cálculos de esas prestaciones sociales adeudadas, fueron hechos con salario de años anteriores a la fecha de jubilación, lo que significa que la inflación se “tragó” esos montos, en primera instancia y ahora tienen cero (0).

Igualmente ocurre con las universidades nacionales, es patético ver los cálculos de las prestaciones sociales de profesores, personal administrativo y obreros, realizadas en base a salarios de años anteriores, por no haber existido aumento salarial en el año de su final laboral, por ejemplo los jubilados del año 2012 en adelante, quedaron como “pajarito en grama”; literalmente le quedaron debiendo al Estado.

En pocas palabras, le hicieron a todos los trabajadores del país, sin excepción, el mayor robo del siglo, (robar como filosofía de acción) al patrimonio correspondiente a sus relaciones de trabajo, perdieron hasta la unidad familiar, en virtud de que con esos salarios, no podían ni siquiera satisfacer las necesidades fundamentales, y los hijos y nietos huyeron en estampida del país, a buscar un nuevo aliento extrapolando fronteras en otros países para ayudar a la familia a subsistir.

Como en este país no hay Estado de Derecho, obviamente no se respeta la CN ni leyes, entonces es el USURPADOR3 quien tiene, por su cargo como DICTADOR, la potestad de imponer salarios y por supuesto, la “mano pelúa” favorece a unos sectores más que otros; por supuesto, claro, los fieles a la REVOLUCIÖN DEL SIGLO XXI obtienen su buena tajada por “jalabolas” entre otras consideraciones crematísticas. La mayoría sufre los rigores planificados de la apatía gubernamental.

Hablamos de los salarios porque es la solicitud mayor demandada en estos momentos, pero, los trabajadores y sus familias son las grandes víctimas de la inercia del régimen, en lo que respecta a la seguridad social, vivienda, alimentación; hoy en Venezuela no hay “Calidad de Vida”, como lo dicen todas las encuestas, menos las que hace Luís Vicente León, el 82% de los venezolanos solo hace una sola comida diaria; la percepción es que estamos en el estado de miseria extrema.

Los  trabajadores siempre han sido actores principales en las luchas para derrotar las dictaduras; el pueblo, confía en ellos y los apoya en sus peticiones. El miedo es libre, siempre hay y habrá valientes en la lucha por la libertad. Es un buen momento.

Profesor Universitario

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@marlonj03650037

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