El diario plural del Zulia

José Aranguibel Carrasco | ¡Todos contra uno y uno contra todos!

"Cuando te traicionan es como si te cortaran los brazos. Puedes perdonarlos, pero no puedes abrazarlos".

León Tolstói

Alejandro Dumas, escritor de la historia de Los Tres Mosqueteros, no pensaría nunca que en estos tiempos más modernos que en los vividos por él en otra época, el grito del "¡uno para todos, todos para uno!" tendría una resonancia distinta a lo largo de los siglos en un país llamado Venezuela.

Estamos cerca, --a la vuelta de la esquina en 19 días--, en el camino de las elecciones del 27J cuando serán ratificados o electos alcaldes y concejales. Eso me lleva a pensar que el grito del "¡uno para todos, todos para uno!" que hizo muchas veces, Monsieur D'artagnan, es lo menos que observamos, porque, contrariamente, lo que existe es un "todos contra uno y uno contra todos", entre una disgregada oposición y un oficialismo que apuesta a terminar de colorear de rojo el mapa político de Venezuela.

"La historia de Los Tres Mosqueteros es una novela de aventuras, no un cuento ni una fábula. Es una obra de ficción histórica que narra las aventuras de D'artagnan y sus tres amigos mosqueteros, Athos, Porthos y Aramis en la Francia del siglo XVII. Es un ejemplo clásico caracterizado por la acción, el peligro, el romance y las intrigas políticas".

Claro, es inmensa la distancia histórica que nos separa de esa saga, pero el significado de la solidaridad, compañerismo, fraternidad, unidad y trabajo en equipo, entre D'artagnan y sus "panas" espadachines, caracteriza la analogía que representa hoy a un sector de la oposición venezolana que llama a votar igual a como lo hizo el 25M, cuando el espacio político, --gracias a la abstención que fortaleció al gobierno-- sacó su presencia en las gobernaciones de Nueva Esparta, Barinas y Zulia.

Ahora para el 27J la tarea no es nada fácil, pero tampoco es imposible que no pueda alcanzarse los resultados aspirados o posibles. Asegurar la victoria en algunas de las 335 alcaldías y Concejos Municipales del país, --124 del lado opositor-- es el propósito de quienes creen y defienden la ruta electoral y el valor del voto, contrario al obcecado, absurdo y ciego llamado de abstenernos nuevamente.

No obstante, los venezolanos sabemos que el principal adversario es quien tiene el manejo del poder del Estado y le gusta sorprender "irreversiblemente" con resultados alejados de lo que ha sucedido en los centros de votación. No es ningún secreto que las condiciones electorales del CNE sean las mismas del 28J de 2024 o las del 25M reciente. Lo resaltante es que solo ha cambiado en cada escenario la participación ciudadana.

Claro en esta realidad la sombra de la "duda" o de los resultados no dependerán sólo del respeto oficialista a la "voluntad del soberano" el 27J, sino que la elección de alcaldes y concejales está sujeta a la decisión muy personal del ciudadano de a pie. Su interés o no en el discurso abstencionista dependerá lo que nacerá ese día.

Será en la mejor o peor decisión del hombre o mujer, joven o anciano, que no milita ni hace vida en organizaciones políticas, donde está la respuesta. Cada uno (a) sabe que él o ella representa la mayoría del electorado del país y que lo que haga en una u otra dirección tiene el peso de inclinar a cualquier lado los resultados si vota o no.

La consecuencia de la abstención sabemos que no lleva a nada. Lo vivimos casi dos meses atrás, por ejemplo, en esos y otros estados venezolanos, cuando María Corina Machado, prefirió nuevamente que los resultados fuesen los que hoy conocemos. Eso no deja de ser una verdad irrefutable que conduce al país al abismo.

Sin embargo, ahora el ciudadano deberá analizar muy bien el paso que va a dar, sopesarlo, porque la elección de alcaldes y concejales es una de las instancias de gobierno más cercana a la comunidad donde vivimos, trabajamos o estudiamos.

Su significado traduce la atención a ciertas áreas de servicios públicos de solución directa y rápida de obligaciones constitucionales asignadas al Estado a través de los gobiernos locales. Eso no puede olvidarse si recordamos que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

En el estado Zulia es común decir y escuchar que "lo que pasa es que tenemos memoria corta", cual sentencia que asegura que olvidamos pronto. No creo que sea así y prefiero poner en duda, --pensando lo sucedido años atrás--, que en Maracaibo, San Francisco, Lagunillas, Rosario de Perijá o Sucre la gente sufra y padezca algún tipo de amnesia.

Sería una exageración creer que los habitantes de esos municipios han olvidado tan pronto la "calidad" de los servicios públicos de competencia municipal que tenían durante el período 2017-2021, comparados con los que reciben actualmente, buenos y regulares, al término de este incompleto período de cuatro años de gestión de las actuales autoridades.

No obstante, nadie puede eludir, esconder ni tapar el Sol con un dedo dejando de lado una realidad política del llamado a la abstención que la narrativa de María Corina Machado mantiene, cuando estamos a pocos días de otras elecciones. ¿Cuál es el Plan B después del 27J?. ¿Existe o no?. No creo. ¿Entregamos el 27J como sucedió el 25M?. ¿Qué ganamos?.

Muchas personas ya lamentan no haber sufragado el 25M, pero, según parece por lo que puede observarse en la calle, esta vez, la racionalidad puede imperar por encima de la emocionalidad, fantasías y de una narrativa abstencionista que sin lugar a ninguna duda fue la gran ganadora el 25M que debilitó más la unidad opositora y fortaleció al gobierno de Miraflores.

Además, existen en este "todos contra uno y uno contra todos" un elemento político que quizá busque mostrar signos de fortaleza, superioridad y ánimo, pero más que ese propósito válido en la confrontación por el poder, su efecto es propagandístico, efectista y sensacionalista. La verdad inocultable es que la mayoría electoral no favorece al oficialismo.

El caso, muy común del clientelismo, es enamorar, atraer y amarrar respaldos de militantes de un partido político a otro. Ha sucedido con miembros de la estructura en algunas parroquias de Maracaibo de UNT y PJ que significan acciones de notoriedad que sus promotores buscan influir en el ánimo del resto del electorado.

Estos últimos días en Maracaibo alrededor de la confrontación por la Alcaldía entre la elección del opositor, Adrián Romero (e) y la aspiración de Gian Carlos Di Martino del Polo Patriótico, respectivamente, la deserción, abandono o salto de talanquera ha desnudado los niveles de precariedad en la política venezolana.

La deslealtad, traición, ingratitud o el descontento que pueda haber en unos pocos no es ni significa seguridad de triunfo. En política no puede ni debe olvidarse la conseja que dos más dos siempre no son cuatro.

Otro elemento al que puede vérsele las costuras explica que la "recluta" de dirigentes distintos al Polo Patriótico, persigue debilitar la estructura parroquial opositora en los centros de votación.

Eso es un vicio o delito muy criticado en la IV República que quizá ahora no importe mucho, cuando lo importante o seguro del objetivo buscado es que expresa que "en el amor y la guerra se vale todo". Eso explica esta estrategia en la política.

Lo cierto es que cualquier dádiva, promesa, intimidación o el resuelve de la despensa no es la mejor garantía de cruzar la meta tal como la experiencia del pasado lo registra. Más bien, denota incertidumbre, inseguridad y desconfianza.

Confiados en eso, solo esperan que el llamado abstencionista de María Corina Machado favorezca a los candidatos del gobierno tal como ocurrió el 25M. Eso, piensan, reducirá las elecciones del 27J a una confrontación de la maquinaria política de cada expresión en pugna. Quien movilice a más gente tendrá mayor ventaja de lograr el triunfo.

Sólo pensemos, --posible o no dependerá de cada elector--, que el 27J los centros de votación sean ríos desbordados de votantes. Ello pondría en aprietos al sector oficialista, porque la oportunidad terminaría por convertirse en la expresión de un voto protesta o castigo, ante el descontento de la gente por el rumbo que lleva el país.

De ser así no sólo cada ciudadano elegiría a sus autoridades locales sino que también manifestaría un reclamo que llegue a Miraflores, acerca del derecho de tener una mejor calidad de vida sin inflación, buen empleo, seguridad social, mejores sueldos, salarios, pensiones, educación o servicios médicos que traduzcan el reclamo por una mejor calidad de vida. ¡Amanecerá y Veremos!.

Caricatura: Feyo
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