El diario plural del Zulia

José Aranguibel Carrasco | ¿La deslealtad de Judas?

''Y respondiendo Judas, el que le iba a entregar, dijo: ¿Acaso soy yo Rabí?. Y Él le dijo: "Tú lo has dicho".

La Biblia no dice quien fue Judas Iscariote antes de ser uno de los doce apóstoles que unieron sus vidas a la causa de Jesucristo. Su notoriedad universal es más conocida por haber sido el protagonista de la peor deslealtad, felonía y traición de la historia religiosa, cuando entregó a los fariseos por 30 monedas de plata al Hijo de Dios que resultaría en su crucifixión, muerte y resurrección.

En esa época el fin de los días de Judas Iscariote no duraría demasiado tiempo según nos recuerdan las escrituras bíblicas, muy a propósito cuando en estos días los cristianos conmemoramos la Semana Santa.

La codicia de Judas Iscariote fue superior a la confianza, amor y lealtad que El Salvador del mundo le brindó a él, al resto de los discípulos y a la humanidad entera.

La lealtad que le faltó a Judas Iscariote hace 2025 años con Jesucristo es la misma que cualquiera de los mortales de estos tiempos modernos, de civilidad debemos dar y/o recibir de nuestros semejantes. Sin embargo, eso no es lo que sucede en muchos casos entre integrantes de la familia, amigos, instituciones públicas, privadas o en la sociedad en general. Es duro decirlo, pero sucede a cada momento.

En mi mente llevo el recuerdo de una frase que mi vieja ya ausente, Emma Carrasco, siempre decía cuando alguna decepción de deslealtad de alguien le tocaba y le hacía decir que "mientras más conozco a las personas, más quiero a los animales". "La lealtad es la permanencia y apoyo constante a una persona, institución o región".

Significa, digamos, nunca darle la espalda a aquello que reconocemos como importante en la vida frente a cualquier dificultad que se presente. Es como decir que la lealtad de un verdadero amigo la conocemos, confirmamos y corroboramos cuando estamos enfermos en un hospital o presos. La lealtad es demostrar honor y gratitud por todas aquellas personas unidas a través de cualquier sano vínculo.

Simón Bolívar no fue la excepción en ser víctima de la traición y deslealtad de gente muy cercana a él. La historia refiere que Francisco de Paula Santander "fue condenado al destierro por su supuesta participación en la conspiración contra su vida el 25 de septiembre de 1.828". Alguien que decía ser leal a la amistad no lo era.

También el registro histórico revela que Antonio Leocadio Guzmán viajó a la Nueva Granada para convencer a El Libertador que debía coronarse, pero como el hijo predilecto de Caracas rechazó esa propuesta, llegó a convertirse en un acérrimo enemigo del Padre de la Patria, quien moriría el 17 de diciembre de 1.830 en Santa Marta, Colombia, dolido, golpeado y decepcionado de "amigos" que lo traicionaron.

La Biblia reseña que el Hijo de Dios sabía que la traición de Judas Iscariote iba a suceder y debía cumplirse según las sagradas escrituras. La palabra de Dios debía consumarse con la muerte de Jesús para que los humanos recibieran el perdón de sus pecados y la vida eterna (Romanos 6:23; Efesios 1:7). Además, al morir fiel, Jesús demostró que un ser humano puede permanecer leal a Dios incluso ante las pruebas más difíciles (Hebreos 4:15).

Quien no recuerda la frase del panameño Rubén Blades cuando en uno de sus éxitos musicales dice "que se ven las caras, pero nunca el corazón", ilustrando a través del género Salsa, a las personas que en su cerebro les nace la idea de poner en práctica la deslealtad y la traición.

En ese mundo de la ingratitud humana, que me trae al recuerdo la frase de mi madre, no dejo de pensar, por ejemplo, en los casos políticos en Venezuela.

Casi finalizando su ciclo de tiempo el Siglo XX, la historia del ex-presidente Carlos Andrés Pérez es uno de los ejemplos de mayor notoriedad, cuando el líder populista fue judicializado por el uso de la "partida secreta" que terminó en su procesamiento, destitución y arresto domiciliario que sacó de sus labios aquella célebre afirmación lapidaria del "hubiera preferido otra muerte política".

Sus amigos de AD, "compañeritos" y beneficiarios de sus favores en distintos sectores del país, le dieron la espalda, lo dejaron sólo.

En el estado Zulia en el año 2.012 la derrota en la reelección del ex-gobernador Pablo Pérez Álvarez marcó su alejamiento del partido Un Nuevo Tiempo, UNT, fundado por Manuel Rosales Guerrero, quien no le perdona la deslealtad al haber descuidado, abandonado y no protegido la continuidad del trabajo iniciado por él en el año 2.000.

Pablo Pérez Álvarez cayó en la trampa de su entorno y asesores cuando lo convencieron de que podía ser Presidente de la República. En ese tiempo el alejamiento del ex-presidente Hugo Chávez Frías por razones de salud abrió el debate de elecciones presidenciales. En la oposición Pablo Pérez Álvarez y Henrique Capriles Radonski disputaron en primarias la selección del candidato para enfrentar a Nicolás Maduro.

La victoria del segundo fue cómoda, amplia y de revolcón. El pueblo del Zulia no abandonó del todo al ex-gobernador Pablo Pérez Álvarez quien ganó sólo en su estado natal. Esa distracción, descuido y alejamiento de las responsabilidades administrativas, permitió que Francisco Arias Cárdenas a "la calladita", recorriera el estado Zulia sumando a su favor las preferencias de la gente dentro y fuera del PSUV.

Eso le permitió por tercera vez que le colocaran la banda oficial de Gobernador electo. Otro ejemplo nada alejado, distante, en el recuerdo de los zulianos fue la pérdida de la Gobernación por abandono del triunfo logrado en 2.017 por Juan Pablo Guanipa. Esa vez, la lealtad de los electores que superó la voluntad de más de 700 mil personas quedó frustrada, burlada y engañada, cuando el ganador alegó una sarta de estupideces para no asumir el cargo.

Eso llevó a un nuevo llamado a elecciones que enfrentó a Omar Prieto Fernández y a Manuel Rosales Guerrero. El primero saldría airoso, pero el recuerdo de ese cuatrienio de mandato es una historia que zulianos y zulianas no desean repetir. El perdedor tenía plomo en las alas producto de los llamados a no votar que convirtieron a la abstención en la gran ganadora.

Sin tener que jurar o guardar "lealtad" al actual Gobernador del Zulia, más recientemente el alcalde de Rosario de Perijá, Ely Ramón Atención, anuncia su aspiración de competir por la principal silla del palacio de Los Cóndores. Su aspiración la avala el respaldo de la tarjeta judicializada de AD que dirige Bernabé Gutiérrez. Si su deseo es legítimo o no lo sabremos con los resultados del 25M.

Sin embargo, lo que si está claro y no tiene dudas, es que la "lealtad" con la región zuliana queda en un segundo plano, en un entredicho, porque dividir la votación sólo favorece al candidato del PSUV y del Polo Patriótico, Luis Caldera. En breves palabras "obras son amores que no buenas razones". ¡Amanecerá y Veremos!

José Aranguibel Carrasco.

CNP-5.003.

Ilustración: Feyo.

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