Ismael Mercado // ¿Qué nos hace fuertes?

¿Qué nos hace fuertes?
El carácter solo se desarrolla con la experiencia, con el camino, con el sufrimiento. No puede desarrollarse en la tranquilidad y la quietud. El alma debe ser fortalecida, la ambición debe ser inspirada, y el éxito debe ser alcanzado.
Como seres humanos crecemos y nos desarrollamos siendo espejo de lo que tenemos a nuestro alrededor, pareciera que de alguna manera estamos destinados a repetir ciclos e historias familiares, hasta que de alguna manera lo hacemos consciente y decidimos hacerlo diferente. Hacerlo diferente tiene que ver con honrar y agradecer lo que paso, para de allí movernos hacia lo que sea que estamos buscando.
En el proceso de crecimiento nuestros padres e incluso nosotros como padres, actuamos igual buscando mantener a nuestros hijos y familiares más cercanos en una burbuja, alejados de la realidad, y esto lo hacemos por amor, evitando que al lanzarse a la selva de concreto se encuentre con un mundo que no es tan rosado, equitativo y honesto como nosotros creemos, y no es que el mundo es un amenaza, pero si tiene su toque de maldad y no todo el mundo es bueno.
Como adultos empezamos conjugar todo lo aprendido, desde nuestra perspectiva incluso ya con capacidad de discernimiento, jugando a ser adultos, siendo el pensador de lo que sucede y no el observador, que analiza cómo se relaciona con los otros y su impacto sobre los demás. Desde este punto siempre he dicho que es importante saber hacia dónde nos movemos, tener un objetivo, y saber si lo que hoy estamos haciendo nos aleja o nos acerca a lo que queremos.
Ir detrás de lo que queremos tiene que ver con una decisión, con un cambio de creencias y valores y a su vez, soportado sobre la estructura de la fortaleza mental, una característica que no se adquiere con su definición, sino con su práctica diaria.
La Fortaleza Mental es un rasgo de la personalidad que determina y explica, en parte, cómo respondemos mentalmente al estrés, la presión, los desafíos y las oportunidades, independientemente de cuáles sean las circunstancias, y está centrada en cuatro factores:
- Control: Después de marcado un objetivo tener la certeza de que lo voy a lograr, tomando en cuenta que puedo manejar efectivamente mis emociones y para esto debo aprender a reconocerlas.
- Compromiso: Es hacer lo necesario a pesar de las circunstancias, visualizar lo que quiero (y no como un ejercicio de come flor) sino para darle nueva información al cerebro y este empiece hacer conexiones neurológicas que nos brinden nuevas posibilidades.
- Desafío: Reconocer de lo que somos capaces y dar un salto al vacío, física y mentalmente para redefinir lo que somos y saber de qué estamos hechos, ¿Te da miedo? Siempre nos va a dar miedo, pero igual hazlo…
- Confianza: La clave para crear oportunidades donde no las hay ,está en lo que creo sobre mis y mis capacidades, en ganar certeza y fe, en cada pequeño paso que doy, no con arrogancia, ya que nos podemos equivocar, pero si mirando y detallando cada paso que damos.
La práctica de la fortaleza mental a menudo requiere mantener un equilibrio frente a las dificultades, concentrarse en lo que es importante de verdad, ser valiente y ver oportunidades donde otros ven amenazas, creer en tus propias capacidades para lidiar con lo que surja.
Platón habló de fortaleza, los romanos hablaron de estoicismo, y muchos otros hablaron de resiliencia, yo hablo de remover creencias, redefinir valores y poner manos a la obra (Aquí está el secreto)