Ismael Mercado // ¿Estamos dormidos?
Hace tiempo escribí un artículo titulado "todos necesitamos un Coach", basado en esa necesidad que podemos tener los seres humanos de alguien que nos acompañe en algún proceso de la vida para enfrentar situaciones; de pasar del punto A al punto B.
Los seres humanos vivimos un período de niñez donde aprendemos a darle alas a nuestra imaginación. De pequeños nos preguntan ¿ Qué quieres ser de grande? Muchos responden policía, médico, futbolista o jugador de beisbol. Pero, al crecer pareciera que la imaginación se va secando y quedara resumida en trabajar, casarse, reproducirse y morir; así hacemos de nuestra vida un museo lleno de sueños e ideas que siempre quisimos hacer, pero le achacamos el no haberlo logrado al tiempo, a la situación o más irresponsable aún a nuestros hijos. Conozco personas que me han dicho “ Yo emigré por mis hijos”. Entonces, me pregunto ¿ Qué habrá pasado con sus planes u objetivos? ¿ Los continuará? Por otro lado, cuando miro alrededor veo gente hipnotizada por la redes sociales, la situación, el día a día , el trabajo de 12 horas ( que no tiene fecha de caducidad) y me pregunto ¿ estamos dormidos? Al parecer sí. Nos hemos distraído en la cotidianidad cuyo objetivo mayor es pensar lo que vamos a comer.
Veamos, si hoy empezaras a hacer una lista de aquello que te hace feliz, seguro sería larga; ahora si la haces de esas cosas que quieres hacer y no has podido ¿sería larga también ? Puede pasar que hagas la hagas y pase como aquella que hacemos todos los fin de año con nuestros deseos, solo puede que escribas y olvides, pero estoy seguro que teniendo a alguien al lado que te brinde su visión crítica, objetiva y enfocada al logro de cómo accionar podrás llegar más rápido a donde quieres ya que, accionar es despertar.
Cuando estamos iniciando algo o tenemos la idea nos llenamos de miedo y nos aferramos al qué dirán. Ahora bien, qué pasa si empezamos dando pequeños pasos, no sin antes haber encontrado un compañero que nos recuerde porqué empezamos y nos incentive a movernos cuando nos paramos. Ante todo:
Establece metas pequeñas que te emocionen y te asusten a la vez. Realiza cosas nuevas, ve cosas diferentes, habla con personas diferentes, deja e hacer lo que por cotidianidad hacías.
Colócale fecha a cada uno de tus objetivos para que deje de ser solo un sueño. Es un cliché esta frase, pero es lo más real que podemos hacer. Si dejamos que el tiempo pase, este se come nuestra vida.
Pregúntate cada noche ¿ qué acción tomé para avanzar en mis objetivos? Es mejor dar pequeños pasos que no hacer nada en pro de lo que buscas.
Si algún familiar cercano con 65 años te dice que quiere estudiar una carrera, ¿qué le dirías? De seguro la respuesta sería "estás muy viejo". Esta respuesta nos indica que es el mismo medio donde te mueves el que muchas veces te limita con sus juicios e historias; recuerda esto nunca serás tan viejo para sumar otra meta.
En el camino algunas veces te vas a sentir que vas perdiendo y otras, que vas ganando, pero lo más importante es reconocer y aprender en el camino.
Te recuerdo que poner metas es la manera más fácil de convertir lo imposible en posible.
Jamás podrás convertirte en lo que quieres ser si continuas siendo quien eres, algo difícil. Si cuando decides evolucionar no sales de tu patrón regular diario, te va a costar más cada paso que quieras dar. Busca información, estudia, descúbrete.
Somos muy buenos para pensar en todo lo malo que puede pasar en una nueva situación. Ahora, imagina que sí lo lograste, que sí pudiste alcanzar la meta , céntrate en las posibilidades y trabaja en ella, dejando un margen mínimo al hecho de que quizás podría salir mal.
Si miramos nuestra vida desde una visión crítica a lo mejor nos daremos cuenta de que puede ser que estamos dando vueltas en el mismo círculo, con diferentes actores, pero repitiendo el mismo ciclo una y otra vez; que nuestros padres y familiares están en lo mismo. Historias de familia que se repiten, secretos que se guardan y relatos que no se cuentan. Tomemos el valor de reconocer esa historia y hagámoslo diferente, reconociendo, resolviendo y desatando esos nudos que nos impiden empezar otro ciclo. Es momento de despertar. Busca ayuda de alguien, un coach, un psicólogo, un mentor; lo que tú prefieras, pero despierta para que, en futuros años al mirar atrás no te des cuenta que llegaste tarde a tu vida.