El diario plural del Zulia

El pañuelo rojo característico de la vestimenta de Sanfermines simboliza la sangre de la decapitación de San Fermín

España es un país festivo y algunas de sus fechas más señaladas se conocen por todo el mundo, como es el caso de los Sanfermines. Aunque la canción popular enumera los meses del año hasta llegar al 7 de julio, lo cierto es que la fiesta empieza el día de antes a las 12:00 (hora local) con el 'Chupinazo' y finaliza el 14 con el 'Pobre de mí'. Durante esta semana y media, la ciudad de Pamplona se tiñe de rojo y sus calles se llenan de gente, música y, por supuesto, toros.

Los encierros forman parte de la fiesta, pero no son la esencia, al contrario de lo que se suele creer. Y es que, en realidad, San Fermín es una celebración de origen religioso, por lo que los pregones y las procesiones también son elementos fundamentales del festejo.

Con el paso del tiempo, el evento más significativo de Navarra ha ido abandonando su simbolismo y se ha convertido en una macro celebración con miras internacionales. La ciudad de Pamplona "vive 356 días al año esperando y recordando los otros nueve", tal y como se explica en Los Sanfermines de Pamplona (2008), de Mikel Aranburu, pero no solo son los locales quienes sienten un especial vínculo con esta festividad. La universalización de San Fermín se atribuye al mismísimo Hemingway, quien pasó una temporada en Navarra y eligió esta pequeña comunidad autónoma del norte de España como escenario para su novela Fiesta (1926).

La historia del santo Fermin

Al tratarse de la fiesta más grande de la ciudad, es muy común creer que San Fermín es el patrón de Pamplona. Pero no es así. El verdadero patrón es San Saturnino, quien fue una pieza clave en el origen de los festejos que conocemos a día de hoy.

San Saturnino fue obispo de Toulouse a mediados del siglo III, cuando todavía lo romano se consideraba pagano y la cristianización empezaba a tomar fuerza. En ese sentido, fue el encargado de la Iglesia para propagar el Evangelio por el sur de Francia, región donde tuvo una gran cantidad de discípulos que también se distribuyeron hacia la Península Ibérica. Uno de ellos, Honesto, llegó a Pompaelo, actual Pamplona, que para entonces se hallaba en la provincia romana de Tarraconense.

Allí se estableció durante un tiempo, aunque pronto se le solicitó que convocase a su maestro para que enseñase la Doctrina. San Saturnino, reclamado por el pueblo pamplonés, viajó a la ciudad, y su primer cometido fue bautizar al entonces gobernador romano, a su mujer y a su hijo: San Fermín. Tras este evento, Pamplona se convirtió al cristianismo y San Saturnino regresó a Toulouse.

Y este es uno de los tantos episodios de la historia que muestran la transición entre la mitología romana y la religión cristiana: los habitantes de la capital de Occitania consideraron que el dios Júpiter se había enfadado por la predicación de Saturnino y decidieron atarlo a un toro que lo arrastró por toda la ciudad, hasta el Capitolio, donde el hombre de Dios encontró el martirio y la muerte el 29 de noviembre.

Poco más tarde, en Navarra crecía el hijo del gobernador, san Fermín, educado por Honesto en ideas cristianas. Con 24 años se convirtió en obispo de Pamplona y emprendió un viaje por Francia que también le costó la vida: su martirio llegó en el 303, tras ser encarcelado y decapitado en la ciudad de Amiens.

Los encierros taurinos y el pañuelo rojo

Si hay algo que se reconoce internacionalmente de los Sanfermines es la presencia de toros en la fiesta. Todas las mañanas a las 8:00, desde el 7 de julio hasta el 14, un grupo de participantes voluntarios corre delante de los astados, y esta es, sin duda, la escena más típica -aunque ampliamente cuestionada- de la celebración.

La primera evidencia histórica de los encierros en Pamplona se remonta al siglo XIV, cuando los pastores acostumbraban a cumplir diariamente un trayecto para llevar a los toros desde el corral hasta la la Plaza del Castillo, lugar donde ocurrían por la tarde corridas de toros y otros eventos de tauromaquia.

Dos siglos después, en 1590, el ayuntamiento de la ciudad solicitó el traslado de la festividad de San Fermín del 10 de octubre al 7 de julio, por cuestión de temperaturas, tras lo cual se unieron la Feria de Pamplona y los Sanfermines en 1591. Y fue a partir de entonces cuando la tradición de correr delante del toro empezó a popularizarse: primero lo hicieron los pastores y jinetes, y más tarde fue agregándose el resto de gente.

Hoy en día, se recorren 848,6 metros: desde el corral de Santo Domingo hasta la plaza de toros. Los participantes deben encontrarse en el punto de partida media hora antes de que el cohete marque el inicio de la persecución, y deben cumplir una serie de requisitos para poder correr, entre ellos: no estar bajo los efectos del alcohol, y llevar puesto el pañuelo rojo, que simboliza la sangre vertida en la decapitación del mártir San Fermín.

Una fiesta que une y separa

Ernest Hemingway no fue el único personaje ilustre que se atañó el pañuelo rojo alrededor del cuello para celebrar una de las fiestas más significativas de España. Orson Welles, Audrey Hepburn e incluso el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, han pasado por las calles de Pamplona para vivir en primera persona las fiestas.

En ese sentido, se trata de una celebración que ha conseguido trascender las fronteras nacionales y que cada año atrae a medio millón de turistas, de los cuales aproximadamente un 40% son extranjeros, según los datos del Observatorio de Turismo del Reino de Navarra.

No obstante, si bien la fiesta se ha ganado el corazón de muchos visitantes, el aumento de la conciencia sobre el bienestar de los animales pone en tela de juicio la ética de la celebración.

La celebración protagonizada por pañuelos rojos y encierros de toros ha conseguido trascender las fronteras nacionales y cautivar incluso al premio Nobel E. Hemingway.

1925 es el año en el que Hemingway toma la decisión que cambiaría su vida. Las fiestas de San Fermín de ese año le ofrecen una serie de historias entrecruzadas y de personajes que le lanzan a escribir su primera gran novela 'The Sun Also Rises'. En ella describe la historia de una serie de personajes pertenecientes a la llamada Generación perdida del período de entreguerras, en una serie de viajes a Francia y España.

Desde 2003, se convocan manifestaciones el día previo a Sanfermines, el 5 de julio, en contra de la tauromaquia, una tradición que representa a España a ojos internacionales. Mientras que los datos de 2014-2015 del Ministerio de Cultura revelaron que el 90,5% de la población española no acudió a ningún evento relacionado con la tauromaquia en ese período, un balance realizado por EFE en 2022 muestra que el sector taurino está recuperando fuerza, tras trece años de caída paulatina.

Navarra, evidentemente, es una de las Comunidades Autónomas líderes en esa recuperación por alojar en sus calles la fiesta de nueve días en la que, según los datos recogidos por la organización AnimaNaturalis, una media de 54 toros mueren cada año.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/origen-sanfermines-pamplona-mundo-entero_19847

Editado por los Papeles del CREM, 20 de octubre del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca. [email protected]

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