Daniela Minorta | "El escándalo", un filme que nos recuerda la importancia de no callar el acoso laboral
En el año 2016, la famosa cadena de televisión Fox News se vio inmiscuida en un escándalo atroz, al divulgarse acoso laboral por parte de su expresidente y fundador, Roger Ailes, hacia muchas mujeres, entre ellas reconocidas periodistas y empleadas del canal.
Gracias a la denuncia de una periodista, fue posible destapar una olla que hervía a fuego lento. En concreto, Gretchen Carlson, con el apoyo de Megyn Kelly y varias mujeres que se sumaron a la voz de denuncia, lograron que el alto ejecutivo fuera despedido de Fox, al describir ante la justicia americana insinuaciones, invitaciones, presiones y algunos “avances sexuales”, años antes de lograr ser estrellas del periodismo televisivo.
Tal caso, que escandalizó a los Estados Unidos (y a todo aquel televidente de Fox) propició en 2019 la película El Escándalo, dirigida por el cineasta, Matthew Jay Roach, quien condensó en una hora con 48 minutos, aberrantes situaciones por las que muchas mujeres pueden pasar ante hombres que se escudan y abusan de su poder.
En este sentido, me detengo en Gretchen, quien dio pie al escándalo. Todo se dio cuando fue despedida por no aceptar las insinuaciones, maltratos e insultos de Ailer. Esto me hace pensar: ¿Cuántas situaciones parecidas ocurren hoy, en tu trabajo, el de alguna amiga o tú misma que me lees en este momento… y lo callas?
El acoso laboral es entendido como uno o varios actos de hostigamiento ejercidos por el patrono o la patrona. Los artículos 164 -acoso laboral- y 165 -acoso sexual- de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, Lottt, prohíbe, en ambos casos, actos que atenten contra la trabajadora, y que, además, están fuera de su voluntad.
Ambos hechos son denunciables, pero ¿cuántas personas serán o son capaces de empoderarse para poner fin a tales actitudes que, en cualquier caso, están amparadas en el poder de un cargo público o privado de alto reconocimiento?
En Venezuela, estos actos pueden tener una penalización o sanción de hasta 10 años de cárcel. Pero es importante empoderarse, entender que la situación no es tu culpa ni tampoco debes ceder por un puesto más alto, como ocurre en la película, donde, por la ‘ambición’ de algunas mujeres de llegar a la gran pantalla, les costó el acoso de un ser sin escrúpulos, moral ni valores, menos amor propio. (por cierto, Ailer, murió en el 2017, un año después de su despido).
Es importante resaltar que el acoso puede ocurrir en cualquier momento y puede durar años, si la víctima no denuncia. Particularmente, he vivido varios episodios en algunos trabajos, con gente que me termina decepcionando por no tener el valor de galantear, si no, asumir que tener dinero o cierto poder, les da “el derecho” de sentir o creerse poseedores de una persona. Mencionaré un caso reciente: viví un episodio, por demás incómodo, en un ascensor, éramos dos mujeres y cuatro hombres, uno de ellos, un tanto pasado de alcohol; insinuó una invitación a bailar y luego para hacerse el gracioso, agregó: “Ay, el ascensor se abrió en una habitación, y está vacía”. ¿Acoso? ¿Qué habría pasado si yo lo abofeteaba por faltar el respeto? ¿Qué pasaría si dejamos de tolerar situaciones incómodas en lugares donde evidentemente se genera un ambiente donde la mujer está vulnerable?
Si de algo debe servir el feminismo, es para empoderarse en estos casos. Tomar acción. Es de aclarar que al salir del ascensor, me percate de que lo esperaba su personal de seguridad, les dije: “agarren a su jefe que se les pasó de trago”. Todos miraron, y también, algunas personas que venían saliendo del sitio escucharon.