El diario plural del Zulia

Crisis universitaria, por Rubia Luzardo

L a universidad venezolana no escapa de la crisis económica, social y política que atraviesa el país, contrariamente está siendo afectada seriamente en la prosecución de sus objetivos fundamentales como son la academia, la extensión y la generación del conocimiento para el desarrollo de la nación y sus ciudadanos.

En estos tiempos es triste observar, como las posibilidades de acción se van minimizando por el dé cit presupuestario que afecta el debido funcionamiento de la institución, tal es el caso de los vitales servicios estudiantiles: comedor, transporte, aulas, laboratorios, bibliotecas. Con respecto al desarrollo formativo, el trabajo de campo cada vez se hace más difícil y complejo, particularmente en el traslado a los estudiantes fuera del recinto universitario, ya que tanto profesor y educandos no cuentan con los recursos necesarios para este tipo de actividades que requiere, gastos de traslado, hidratación y alimentación, entre otros.

Por ello, hoy escuchamos la voz de su comunidad laboral –entre los que destacan, profesores, obreros y empleados– reclamar la reivindicación salarial y el presupuesto justo para el funcionamiento óptimo de sus actividades dada la situación de in ación, escasez y desabastecimiento que afectan su calidad de vida. Particularmente, en la Universidad del Zulia, institución centenaria de la región, los miembros de esta comunidad insistimos en sensibilizar al Estado y la sociedad, en comprender la gravedad de la situación y la urgencia de atender las demandas reivindicativas no sólo de salarios justos, sino de los ingresos de funcionamiento y de providencias estudiantiles, necesarias para mantener una universidad abierta de forma permanente.

Los que sentimos a la universidad nos duele profundamente su estado de abandono nacional y no podemos callar esta realidad, conscientes que esta institución tiene claramente definido sus objetivos, misión y visión en el país. Mantenemos el espíritu de lucha por su óptimo funcionamiento con los recursos necesarios y la búsqueda permanente de la excelencia académica, sin dejar de ser críticos ante las decisiones desacertadas que se dan muchas veces en su interior.

La universidad es y será un icono de la identidad nacional y local. Su historia universal nos demuestra su trascendencia en las sociedades. Los cierres técnicos que se vaticinan a la universidad venezolana serán temporales y circunstanciales, jamás permanentes. Las dificultades serán superadas tal como lo devela esta célebre frase: “Después de las nubes el sol”.

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