El diario plural del Zulia

Ayuda oportuna, por Padre Jaime Kelly MSC

Dice la Palabra de Dios en Hebreos 4,16: “Acerquémonos, por tanto, con plena confianza al trono de la Gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno”.

Hermanos, lamentablemente, muchos hombres sólo buscan a Dios en el momento de la tribulación, del dolor, del miedo, de la enfermedad o de la muerte. Dios en su infinita Misericordia, siempre responde, somos nosotros, que por nuestras ansiedades y falta de comunicación constante con ese Dios bueno y misericordioso, no encontramos su respuesta, su auxilio, nos cerramos a su gracia y no comprendemos que aunque no hayamos logrado lo que tanto esperamos y pedimos, Él está, y no entendemos que su gracia nos supera, y que aún, en lo que consideramos malo, contradictorio, hay un plan superior, para nosotros y que él permite las cosas por el bien de los que lo aman.

Amigos, para comprender el Plan de Dios en nuestra vida personal, familiar y para nuestra nación, hemos de confiar plenamente en un Dios que es Amor, en un Dios que es Sabiduría, en un Dios que comprende nuestros sufrimientos y sentimientos, puesto que Él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Para ello debemos mantener un diálogo constante con ese Dios Amor y gozarnos de los tesoros de Su Amor; no sólo en el momento de la angustia y tribulación, sino en todo momento, para vivir en Su Gracia, que como dice el salmista: “Tu gracia vale más que la vida” Salmo 63(62),4.

La invitación en la palabra es a acercarnos con plena confianza al Trono de la Gracia. Y ¿cuál es el Trono de la Gracia? En la Santa Eucaristía se derrama toda la plenitud de la Gracia de Dios, en ella escuchamos su palabra, para que se anide y se haga vida en nosotros; en ella encontramos a través del Sacerdote, la ayuda para comprenderla y luego la Gracia de las Gracias: Jesús se hace presente, verdaderamente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Es la plenitud de la vida cristiana comprender, amar, vivir y agradecer ese regalo de la Eucaristía, Él mismo se nos da.

Vivimos en cada Eucaristía el sacrificio de su amor, pues en ella conmemoramos su pasión, muerte y resurrección, por eso la Eucaristía es la Acción de Gracias por excelencia del cristiano. Y si no lo consideras sufi ciente y deseas prolongar ese momento, puedes contemplarle, adorarle y conversar con Él, en su Trono de Gracia, expuesto para la adoración constante, como así lo ofrecemos en nuestras iglesias y como lo está en la Capilla del Centro María en Pentecostés (24 horas expuesto para adorarle).

Acerquémonos al Trono de la Gracia, participemos de la Santa Eucaristía, Adoremos a Jesús en el Sagrario o Expuesto, pero hagámoslo como dice la Palabra “con plena confi anza” y tengamos la seguridad que cada Eucaristía vivida y cada visita a Jesús Eucaristía será la “cuenta de ahorros de la Gracia”, pues en el momento de la necesidad, del auxilio, obtendremos la ayuda oportuna para comprender, para superar, para vencer y tener Paz y Esperanza ante toda necesidad. Alabado sea el santísimo sacramento… Trono de Gracia.

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