Antonio Pérez Esclarín // Moral y luces para reconstruir Venezuela

“Moral y Luces son nuestras primeras necesidades”, clamó Bolívar en Angostura; y para la reconstrucción de Venezuela y superar de una vez la cultura de la incapacidad, la ambición, la retórica, y el vivismo,vamos a necesitar mucha moral y muchas luces, es decir, educación de calidad. Por ello, después de 203 años del desgarrador clamor de Bolívar, Moral y Luces siguen siendo nuestras primeras y más urgentes necesidades. Hoy, asistimos a un fuerte debilitamiento de la ética donde el fin justifica los medios. Todo parece lícito si produce poder o si produce dinero, que son los valores esenciales. Para obtenerlos se sacrifican vidas y personas, se engaña sin el menor pudor, se viola abiertamente la Constitución y se recurre a la intimidación y la violencia. Por ello, cada día ganan más terreno las llamadas economías subterráneas como la corrupción, la delincuencia, el secuestro, la prostitución de adultos y de niños, la pornografía, la matraca, la especulación, el tráfico de drogas, de armas, de medicinas, de gasolina, y hasta de personas. El llamado de Jesús “Amaos los unos a los otros”, lo estamos traduciendo por “Armaos los unos contra los otros”.
Por ello, necesitamos todos un verdadero rearme moral, empezando por los políticosque deberían darnos ejemplo de entrega, honestidad,generosidad y capacidad de sacrificio. Políticos bien capacitados y de solvencia ética, humildes y austeros, muy cercanos al pueblo y a sus sufrimientos, capaces de anteponer el bienestar de los venezolanos a sus ansias de figurar, sobresalir y dominar..
La reconstrucción de Venezuela requiere también de una educación de calidad para todos y todas, lo que va exigir un gran esfuerzo colectivo pues hoy la educación, en especial la educación pública en todos sus niveles, está prácticamente en ruinas. Necesitamos trabajar duro por garantizar a todos y todas educación integral de calidad, que forme y no sólo informe, que se oriente a gestar personas honestas y respetuosas, y ciudadanos responsables y solidarios, preocupados por el bien común, defensores de los derechos y cumplidores de sus deberes y obligaciones,con capacidad de insertarse activamente en el mundo del trabajo y de la producción, y realmente comprometidos con el bien común. Educación que ayude a cada persona a conocerse, valorarse y emprender el camino de su propia realización con los demás, no contra los demás. Educación que despierte el gusto por aprender, por superarse permanentemente, que fomente la crítica y la creatividad, la libertad, el servicio y la solidaridad. Educación que enseñe a vivir, a convivir ydarla vida al servicio de los demás.
Y esta debe ser la principal tarea no sólo de los educadores, sino también de las familias, del Estado, de las empresas, de los medios de comunicación y de la sociedad en general. Resulta muy cínico pedir a los educadores que eduquen en unos valores que son pisoteados abiertamente: ¿Cómo es posible que algunos gobernantes o políticos que deberían dar ejemplo de respeto y tolerancia ofendan, amenacen y opriman y no pase nada?
Los políticos deben ser, parecer y actuar como ciudadanos ejemplares; y padres y maestros deben plantearse con humildad y con responsabilidad, ir siendo modelos de vida para sus hijos y alumnos, de modo que estos los vean como personas seriamente comprometidas en su continua superación. No olvidemos que todos educamos o deseducamos con nuestra conducta y nuestra vida.
Por: Antonio Pérez Esclarín ([email protected])
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