Ángel Montiel | Pascua, libertad y compromiso

Escribo en el comienzo de la Semana Santa y no puedo olvidar mi vida en mi familia. Mis padres y mis abuelos me enseñaron a celebrar la pascua. Le daban la importancia de la Navidad. Aprendí que la Navidad tenía todo su sentido con la pasión y resurrección de Jesucristo.
La cena de pascua era realmente un acontecimiento en la que después de una larga eucaristía de vigilia pascual “la Fiesta de las Fiestas” en la noche más santa del año, alegres y expectantes, llegábamos a mi casa y la generosidad de mi familia se hacía presente.
Si observamos con profundidad estos días santos encontraríamos muchas razones para seguir caminando en la vida, donde nos caemos y nos levantamos.
Aunque son celebraciones distintas, la pascua judía y la pascua de resurrección cristiana, comparten el hermoso recuerdo de la historia del pueblo judío que huye del cautiverio en Egipto, mientras que los cristianos celebramos la resurrección de Cristo después de haber sido crucificado y de sufrir una pasión que comenzó cuando se celebraba la pasaj o pascua judía. La huida de los judíos significa el vínculo que se une con la gran historia de la pascua cristiana.
Es el paso de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida. Cuando a estás historias se le agrega la fe las dimensiones son inmensas y para siempre.
Las lecturas bíblicas de los tres días santos que se conoce como Triduo Pascual que se celebran jueves, viernes y sábado son narraciones profundas que nos remiten a la Pasión de Jesucristo que no puede quedarse sin mirar nuestra realidad, la realidad de nuestro país y del mundo.
No podemos ser meros espectadores de la muerte y crucifixión de Jesús, está entrega voluntaria debe impulsarnos a no crucificar a los demás.
En este siglo XXI, a nuestro alrededor hay muchos crucificados por juicios injustos, violación del debido proceso, mentiras, excesos de autoridad, madres que lloran por sus hijos detenidos injustamente, de las víctimas de la violencia, de las torturas, de la cobardía frente a los poderosos. La realidad paralela es evidente.
Un cristiano no puede ser insensible, indiferente delante de este panorama.
En estos días encontramos lecturas que nos hablan de la libertad, el compromiso, la humildad del perdón.
Son días que nos ayudan a reflexionar y a ser mejores personas.
¡ Feliz Semana Santa y pascua de resurrección !
@angelmontielp