Un zuliano llega a Estados Unidos tras 55 días de una odisea "interminable"

Víctor Manuel Atencio decidió romper con la crisis que vivió en Venezuela. Aquellos años en el estado Zulia le consumieron sus energías y lo dejaron en un estado de desesperanza. Pero ese 30 de julio optó por salir del país y migrar a los Estados Unidos, para buscar un mejor futuro.
A sus 32 años, este joven nacido y con residencia en el municipio Rosario de Perijá debió recorrer cerca de cinco mil kilómetros entre Venezuela y EE. UU. Fueron 55 días de una ardua odisea.
Parecía interminable, bastante agotador”, resumió Atencio a la AFP en Eagle Pass, Texas, en la frontera con México, donde pisó suelo estadounidense.
“Pensé que lo más difícil era la selva y me di cuenta (de) que la selva de cemento no tiene comparación”, dijo el hombre entre lágrimas, luego de enfrentar las corrientes del río Grande (Bravo), frontera natural de México y Estados Unidos.
A juicio de este zuliano, los animales "se comportan mejor que las personas".
Cuando decidió abandonar su natal Rosario de Perijá, al finalizar julio, inició esa aventura junto a otros 31 vecinos quienes, como él, expresaron estar agotados de los problemas que vivieron en el Zulia.
El gobierno está de turno 20 años”, dijo refiriéndose a la administración de Nicolás Maduro, precedida por su "padre político", Hugo Chávez, quien gobernó Venezuela desde el 2 de febrero de 1999, hasta que falleció el pasado 5 de marzo de 2013.
“Mi vida ha ido pasando y no he visto fruto de nada, porque lamentablemente el país donde nací no me ha dado una oportunidad”, aseveró a la AFP.
Una aventura llena de peligro y extorsiones
Atencio se adentró en la espesa selva ubicada en la frontera colombo-panameña, conocida como El Darién. Allí los migrantes tropiezan con peligros naturales, como los caudalosos ríos, y la violencia de las mafias.
El cansancio, estar subiendo o bajando, hizo que fuéramos desechando lo menos importante y que fuéramos con lo esencial”, contó, al referirse a los objetos que desechaba del equipaje porque pesaban mucho.
Además del impacto físico, en la selva comenzó a sentir el efecto psicológico de la ruta migratoria elegida, que atraviesa siete países antes de llegar a Estados Unidos.
Da tristeza ver cómo otras personas se quedan en el camino. Es lo que más me marcó del tránsito de la selva del Darién”, explicó Atencio.
Cuando Víctor y sus compatriotas continuaron por Centroamérica y transitaron por Nicaragua y Guatemala, ahí la cosa se puso fea.
No puede ser posible que quien les brinda seguridad en un país sean (...) los que a otras personas también les dan látigo, los humillan”, denunció sobre los policías con los que se toparon.
Señaló que le robaron y le extorsionaron varias veces en esos países, y que, entre sobornos y asaltos, gastó unos 3.000 dólares en el viaje.
El final del camino
Atencio aseguró que no todo fue negativo en ese tránsito para buscar el "sueño americano". Algunas personas “nos daban un plato de comida, nos daban algo de vestir y así fuimos sobrellevando toda esta travesía”, resaltó con una sonrisa.
Cuando el zuliano llegó a la orilla del río Bravo, rompió a llorar y se abrazó a uno de sus acompañantes. "¡Lo logramos!", fue el grito de celebración de los venezolanos que estaban completamente empapados, y con el termómetro marcando 38ºC.
Víctor solo llevaba la ropa que tenía puesta, su cédula de identidad, su teléfono y unos audífonos.
El 23 de septiembre, Atencio puso los pies en territorio norteamericano, y en Dallas, Texas, espera reunirse con sus primos.