Un preso de Guantánamo rechaza traslado a país extranjero
El Pentágono anunció este jueves la transferencia de dos presos de la base naval de Guantánamo (Cuba) a Bosnia y Montenegro, mientras que uno de los que iba a ser trasladado declinó la oferta al tratarse de un país extranjero.
Los transferidos son el bosnio Tariq Mahmud Ahmed al Sawah, que será trasladado a Bosnia, y el yemení Abd al Aziz Abduh Abdallah Ali al Suwaydi, que será acogido por Montenegro, tras cerrar las condiciones de su salida de la prisión.
Otro yemení que tienen vetado regresar a su país por su inestabilidad, Mohammed Ali Abdullah Bwazir, y que hace 13 años fue enviado al penal cuando apenas superaba los 20 años, se negó a ser transferido porque no se le permitía trasladarse a un país de su elección, informó su abogado.
John Chandler explicó que Bwazir, que tiene el visto bueno para ser liberado desde la Presidencia de George W. Bush (2001-2009), tiene familia en Arabia Saudí, Emiratos Árabes e Indonesia y espera que pueda ser trasladado a una de esas naciones si no puede ser enviado a Yemen, su país natal.
Con estas últimas transferencias, aún permanecen en la cárcel de Guantánamo, creada en 2002 por la administración de Bush, 91 internos, número que se ha reducido en más de una docena solo en este mes de enero.
El presidente estadounidense, Barack Obama, intenta cumplir una promesa de años con el cierre del penal antes de que termine su mandato en 2017, algo que quiere impulsar primero con los presos que recibieron el visto bueno para ser liberados.
En ese grupo se encontraba Al Suwaydi, de 41 años y con 13 años en el penal de la base naval estadounidense, quien pasó unos meses en Afganistán en 2000 y supuestamente tuvo relación con Al Qaeda y fue detenido en Pakistán cuando intentaba regresar a su país, según informes de la inteligencia militar estadounidenses.
Otro grupo, entre los que se encontraba Al Sawah, de 58 años, es el de los que tienen que pasar por un proceso de revisión de condena para aclarar quién puede ser liberado.
La tarea más difícil para la Casa Blanca será decidir qué hacer con la decena que se considera demasiado peligrosa para ser liberada, pero las pruebas en su contra fueron utilizadas bajo tortura, y otra decena que está imputada y a la espera de juicio.
Obama ha prometido presentar pronto un plan al Congreso para que acepte la salida de esos presos de la base estadounidense en el sureste de Cuba y sean trasladados a centros penitenciarios especiales en Estados Unidos, donde algunos corren el riesgo de ser condenados a la pena de muerte.