Trump resiente impacto de las 2.000 protestas mientras aumentan críticas: “¡En EE. UU. ya hay una autocracia!”

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, celebró su 79 cumpleaños con un acto militar para demostrar el poderío del Ejército y más allá de recordar a los peores caudillos con ínfulas de dictador que ha tenido el planeta, el desfile y su alocución quedaron opacados en los medios más importantes del mundo frente a las más de 2000 protestas dentro del país de las barras y las estrellas contra lo que millones consideran como deriva autoritaria.
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millares de latinos, representantes de las minorías raciales y demócratas que ven como se resquebraja la sólida institucionalidad de su nación, protestaron con pancartas en las que tildaban a Trump de “fascista”, “dictador” y “tirano”, en una acción pautada como dique de contención frente el “intenso uso de la fuerza militar en ciudades estadounidenses” por parte de su administración y los esfuerzos del Partido Republicano por limitar la cobertura del seguro médico, la asistencia alimentaria y otros programas contra la pobreza para millones de personas.
La protesta fue liderada por American Federation of Teachers, American Civil Liberties Union, Public Citizen, MoveOn, 50501, Stand Up America, Common Defense, Human Rights Campaign, League of Conservation Voters y 100 organizaciones más.
No Kings fue un día nacional de desafío. Desde las calles de la ciudad hasta los pueblos pequeños, desde las escalinatas de los juzgados hasta los parques comunitarios, tomamos medidas para rechazar el autoritarismo y mostrarle al mundo cómo es realmente la democracia”, se leyó en el sitio web de No Kings. “La bandera no pertenece al presidente Trump. Nos pertenece a nosotros. No estamos viendo cómo sucede la historia. La estamos creando”.

“Sin reyes. Sin redadas. Sin guerra”, escribió el viernes Leah Greenberg, cofundadora y codirectora ejecutiva de la organización progresista de base Indivisible. Los eventos se rigeron por el compromiso con la protesta no violenta, según los materiales de la organización. El grupo también indicó que los organizadores de No Kings están formados en tácticas de desescalada y planean colaborar estrechamente con socios locales para garantizar que las acciones sean pacíficas.
Señales preocupantes
Argemino Barro, corresponsal de El Confidencial y La Sexta en Nueva York, asegura en la red social X, que el gobierno de Trump ha dado claras señales de que Estados Unidos es ya una autocracia.
La Administración Trump ha ignorado o desobedecido múltiples órdenes judiciales, según la contabilidad de dos profesores de derecho de la Universidad de Michigan, Leah Litman y Daniel Deacon. Una desobediencia que el Gobierno camufla con jerga legalística, y Trump gobierna, además en gran parte, por decreto, ignorando al Congreso. Ha firmado el mayor número de órdenes ejecutivas de la historia e invocado 8 “emergencias nacionales” para tomar medidas (aranceles, reforma electoral, etc) que corresponden al legislativo”, señala el comunicador y escritor.
Barro agrega a la lista de sus argumentos, la “desaparición” de más de 250 personas en lo que califica como un “gulag salvadoreño”. Y así lo explica: “Gulag porque allí, en Cecot, no hay derechos de ningún tipo, ni sale nadie. Sin proceso legal y desobedeciendo a un juez. Trump quiere hacérselo, también, a ciudadanos americanos”. También añade el uso indiscriminado de la fuerza policial para aterrorizar los vecindarios. “Con ICE haciendo redadas al azar, sin órdenes judiciales, irrumpiendo en tiendas, bibliotecas, con rifles y pasamontañas, cazando a familias, arrestando niños”.
Para el periodista español especializado en política estadounidense, Trump intenta doblegar los centros de poder del país, principalmente a los medios de comunicación (con demandas y bloqueos de operaciones a sus empresas matriz), universidades (con presiones fiscales y financieras) y los despachos de abogados (dificultándoles el trabajo). “Trump hace que todo el mundo, sobre todo los inmigrantes, se sienta inseguro. ¿Es sabio viajar a EEUU? ¿Puede uno manifestarse o colgar algo sensible en las redes sociales? Unos 1.800 visados han sido revocados por estos motivos. Y ha habido encarcelamientos”, asegura.

El comunicador apuntó a Doge, la instancia que lideró en un principio el magnate Elon Musk, y aseguró que nunca quiso ahorrar ni buscar eficiencia sino debilitar al funcionariado y amasar datos privados de millones de ciudadanos, que, probablemente, según Wired, acabarán en manos de la contratista Palantir para establecer un sistema de vigilancia.
El profesor de Harvard experto en regímenes autoritarios, D. Ziblatt, dice que estos aparecen cuando criticar al líder implica un coste. En EE. UU. ya sucede. Por eso hay purgas en medios y empresarios calladitos ante las turbulencias y la incertidumbre de los aranceles”.
Además, se refirió a Jason Stanley, quien ha escrito varios libros sobre las tácticas del fascismo, y recuerda que el filósofo establece que este comienza cuando las personas empiezan a repasar en su cabeza las razones por las que creen estar seguras. En su opinión, una conversación recurrente ahora mismo en EE. UU.
Entiendo que muchas personas, dentro y fuera de este país, sean reacias a creérselo. Pero así están las cosas. Lo de Los Ángeles es el último ejemplo: una crisis en parte fabricada para probar la represión militar y la violación de los derechos estatales. Esto va en serio”, añade.
Vínculo histórico
En el marco de la creciente convulsión social, muchos observadores han establecido un vínculo entre las manifestaciones No Kings y los inicios de la historia estadounidense.
Hace 250 años, el 14 de junio de 1775, los estadounidenses crearon un ejército para defenderse de una fuerza extranjera que pretendía suprimir nuestro derecho a la autonomía y amenazar la seguridad personal en nuestros hogares y lugares de trabajo”, escribió el economista y exsecretario de Trabajo Robert Reich en una publicación del viernes. “Este sábado nos manifestamos en todo el país contra nuestro aspirante a rey y su decisión de destruir los derechos constitucionales que los estadounidenses lucharon durante tanto tiempo y con ahínco por conseguir. Al protestar, construimos solidaridad. A partir de esa solidaridad, nos sentimos menos solos y nos animamos a trabajar por el futuro”, escribió Reich también en X.
Las múltiples redadas en Los Ángeles aceleraron las protestas contra el ICE, agencia que persigue a migrantes en condición irregular, y que ha sido la punta de lanza de las políticas de Trump.
El sábado pasado, el Departamento de Policía de Los Ángeles emitió un comunicado: “Hoy, las manifestaciones en la ciudad de Los Ángeles se hicieron de manera pacífica, y celebramos a todas las personas que ejercieron sus derechos de libertad de expresión de manera responsable”.
Pero, esa no fue la historia que contó Trump y la red de desinformación que lo rodea.

Y así lo escribió Steven Lee Myers para The New York Times: “Muchas publicaciones crearon la falsa impresión de que toda la ciudad estaba sumida en la violencia, cuando los enfrentamientos se limitaban solo a una pequeña parte. Al mismo tiempo, se difundieron imágenes falsas para reavivar viejas conspiraciones de que las protestas eran una provocación planeada, no una respuesta espontánea a las redadas de inmigración”.
En un editorial de El Espectador desmonta la posición de Trump al decir que los manifestantes eran “insurrectos a sueldo”, que “bajo su administración este tipo de anarquía no se va a tolerar” y que es necesario “detener la invasión”, invocando para ello una norma para tiempos de guerra y enviar 4.000 tropas de la Guardia Nacional y 700 miembros de la Marina a tomarse las calles de Los Ángeles. “Al mismo tiempo dijo que Gavin Newsom, gobernador demócrata de California, debería ser encarcelado por oponerse a estas decisiones”.
El objetivo de Trump es silenciar por completo las protestas contra sus políticas, dejar sin capacidad de acción al gobernador de la oposición con más poder en el país y mostrar que está dispuesto a utilizar de manera indiscriminada las fuerzas militares, se lee en el editorial de Trump. “Ese guión lo conoce muy bien cualquier persona que haya observado los regímenes autoritarios en el mundo: exacerbar la violencia, estigmatizar a los opositores y actuar como si fuese un rey”.