Sin extorsión ni rastro del vehículo: Así fue el “secuestro anormal” de Ronald Ojeda
Ronald Ojeda Moreno es el nombre que continúa bajo la lupa de los cuerpos de seguridad en Chile tras su secuestro este miércoles 21 de febrero. Las hipótesis son múltiples, y la Policía de Investigación (PDI) no descarta ninguna: una posible incursión militar venezolana, un autosecuestro o un ajuste de cuentas por parte del crimen organizado.
La primera clave en el siniestro es la presencia de cuatro personas vestidos como presuntos detectives la madrugada del día de su desaparición forzada. Llegaron hasta la calle El Molino N°1755, en Independencia, ingresan por el estacionamiento de visitas, dejan una baliza azul encendida, imitando un vehículo de la PDI, y tres de ellos suben hasta el piso 14. Tocan la puerta del departamento 1403 y en dos minutos sacan desde allí al teniente (R) Ojeda, refugiado venezolano en Chile y opositor al Gobierno de Nicolás Maduro.
Un aspecto que llamó la atención de los investigadores fue la manera de ejecutar la “extracción” de la víctima. La pasividad con la que ingresaron y salieron del edificio fue particular, dado que si fuera un caso vinculado, por ejemplo, al narcotráfico, buscarían dejar otra señal. “Lo matan en la calle o ahí mismo”, relata un policía encargado de pesquisar al crimen organizado.
El segundo factor vinculado es el automóvil Nissan Versa 1.6, donde ejecutaron la huida con su víctima, y que apareció una hora después en la comuna de Renca, a un costado de la Costanera Norte.
En su interior: un arma con 14 cartuchos sin percutar, un casco y un chaleco antibalas con estampados que imitaban los logos de la PDI.
En la primera revisión de las cámaras de la autopistas, ni la víctima ni los delincuentes se ven. Solo se advierten movimientos extraños asociados a dos patentes de otros automóviles que fueron utilizados esa noche. Al igual que el primer vehículo usado, no tienen encargo por robo, por lo que habrían sido clonados.
Como tercer punto, y uno de los más importantes, está el perfil de Ronald Ojeda Moreno, quien tiene como único antecedente penal infringir el estado de excepción durante la pandemia del Covid-19, en abril del 2023.
También se conoce que mantiene una relación con otra residente venezolana, con quien tienen un hijo de seis años. Ojeda, además, es un activo opositor a Maduro, y durante el año pasado protagonizó una solitaria protesta enfrente de La Moneda.
Fue preso político años atrás luego de desertar de su cargo, y una vez en Chile, solicitó asilo político.
En la indagatoria, además, se ha establecido que no había sido víctima de amenazas. Tampoco registra detenciones asociadas a delitos graves.
El cuarto punto a resaltar en el caso del exteniente venezolano es que no existió alguna extorsión hacia la familia. Ni su esposa ni nadie de su familia, menos las policías, han recibido un llamado en que se solicite dinero a cambio de su liberación.
Este es otro de los antecedentes que hacen pensar a los fiscales y policías que no se trata de un secuestro común. Hasta el momento, y por lo que se ha podido concluir, los delincuentes que sacaron al teniente (R) de su departamento no querían dinero.
Por último, los “controles ciegos” siguen llamando la atención de la comunidad internacional, dado que siempre que se pide la ayuda de los servicios de tránsito de Carabineros para este tipo de casos se emite una alerta con la foto, la ropa y el auto en que la víctima fue vista por última vez. Además de otros vehículos que podrían haber participado y que hayan quedado registrado en el radar de las cámaras de seguridad en Santiago. Esto, hoy, no existe.
Lo único que tiene Carabineros en su poder es la foto y el nombre del secuestrado, con la cual se encuentran haciendo “controles ciegos”, es decir, detener un auto al azar y verificar que entre los ocupantes no esté alguien parecido a Ojeda. Eso, además del resguardo de las zonas fronterizas.
El hecho de que no exista ningún rastro más de Ronald Ojeda, además del video en que lo sacan de su departamento, inquieta a todas las autoridades. No se sabe qué pasó, quién operó ni las motivaciones de un limpio y pulido secuestro.
Por el momento, el Gobierno chileno solicitó comunicarse con la Cancillería venezolana para indagar en el caso. Las fronteras están controladas y la investigación fue catalogada como “secreta”, por lo que, a tres días del evento, se desconoce el paradero del expreso político.