Presuntos seguidores de Evo Morales ocupan instalaciones militares en Cochabamba

La pugna entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario de Bolivia, Luis Arce, alcanzó este viernes un punto crítico, al llegar incluso a las instalaciones militares del Trópico de Cochabamba, zona bajo el control político de Morales.
Según el gobierno, "grupos armados irregulares" de seguidores del exmandatario irrumpieron en tres unidades militares, intensificando así una crisis marcada por casi tres semanas de bloqueos de carreteras, organizados en demanda de que se abandone la investigación por estupro contra Morales.
El presidente Arce denunció la ocupación de instalaciones militares como un acto de "traición a la patria" y una violación grave a la Constitución.
Morales, en respuesta, instó a sus simpatizantes a considerar el fin de los bloqueos y anunció una huelga de hambre para presionar por un diálogo con el gobierno bajo mediación internacional. La protesta se llevaría a cabo en la sede de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, una organización sindical cocalera que el expresidente lidera y que constituye su principal bastión político en la región.
Evo permanece en el Trópico desde hace 19 días, mientras enfrenta una posible orden de arresto por la investigación que lo vincula con una relación con una menor de edad cuando era presidente. Según reportes, los soldados en las unidades tomadas fueron exhibidos maniatados y puestos en fila tras el asalto al regimiento Cacique Juan Marazo; luego, la ofensiva continuó en la unidad naval del Río Abuná y en la Novena División del Trópico.
Ante esta escalada, Arce aseguró que tomará medidas constitucionales para defender "el interés del pueblo boliviano" y enfrentar los bloqueos, los cuales, según el presidente, están “estrangulando la economía de las familias”.
Los mandos militares, por su parte, han ordenado el acuartelamiento de tropas en Cochabamba y Santa Cruz. La reciente renovación de la cúpula militar por parte de Arce refleja la creciente fricción entre las facciones del Movimiento al Socialismo (MAS), de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
El Alto Mando del Ejército advirtió que quienes tomen las armas contra el país serán acusados de traición y alzamiento armado. Sin embargo, Morales acusa al gobierno de enviar a 40 francotiradores a Cochabamba para reprimir las protestas, a las que calificó de “medidas fascistas”. Morales enfrenta una investigación por estupro agravado y trata de personas por su relación con una menor de 15 años, con quien habría tenido una hija.
A pesar de las graves acusaciones y del intento de fraude electoral en 2019, Morales planea participar en las presidenciales del próximo año, aunque la Constitución no le permite aspirar nuevamente al cargo tras tres mandatos. La situación actual, exacerbada por los bloqueos y las acusaciones cruzadas, ha sumido a Bolivia en una crisis institucional y social en vísperas de un nuevo ciclo electoral.