Muere James Harrison, el donante cuya sangre salvó la vida de millones de bebés

James Harrison, el australiano cuya inquebrantable generosidad ayudó a salvar la vida de más de dos millones de bebés, falleció a los 88 años mientras dormía en un asilo de ancianos al norte de Sídney el pasado 17 de febrero.

Conocido como el "hombre del brazo de oro", fue un prolífico donante de sangre, ya que su plasma contenía un anticuerpo único, el Anti-D, esencial para prevenir la enfermedad Rh en recién nacidos.

A lo largo de su vida, Harrison realizó 1.173 donaciones de sangre, un compromiso que inició a los 18 años tras haber recibido múltiples transfusiones durante una cirugía de pulmón en su adolescencia.

Su contribución fue crucial para el desarrollo de un medicamento que impide que madres con sangre Rh negativa generen anticuerpos que podrían atacar a sus bebés en gestación, una condición que antes de su descubrimiento causaba la muerte de miles de recién nacidos en Australia.

La Cruz Roja Australiana Lifeblood confirmó su fallecimiento y destacó su legado altruista. "James era una persona extraordinaria, estoicamente amable y generosa, que se comprometió a dar durante toda su vida", expresó el director ejecutivo de la organización, Stephen Cornelissen.

Su hija, Tracey Mellowship, también honró su memoria al señalar que, gracias a sus donaciones, muchas familias, incluida la suya, pudieron existir.

Harrison recibió múltiples reconocimientos a lo largo de su vida, incluida la Medalla de la Orden de Australia, uno de los más altos honores del país. Su impacto en la medicina y en la vida de millones de familias lo consagra como un verdadero héroe nacional.