Latinoamericanos en Israel relatan el miedo diario bajo misiles en medio del conflicto con Irán

"Los nervios me matan porque uno nunca sabe dónde va a caer el misil", expresan latinoamericanos atrapados en el conflicto entre Israel e Irán.
Tengo que cortar la entrevista, lo siento. Me acaba de llegar una alerta y tengo que irme corriendo al refugio".
Así terminó el primer intento de conversación con Andrea Bisso, una peruana de 29 años que se mudó a Israel hace siete años para reunirse con su pareja.
Desde su apartamento en el norte de Tel Aviv, donde trabaja como creadora de contenido audiovisual, Andrea cuenta a BBC Mundo que vive sumida en una ansiedad constante desde la madrugada del viernes 13 de junio.
"Había rumores de que Irán quería atacar, y a las 2:58 de la madrugada nos llegó una alerta muy diferente a las anteriores, más fuerte, indicándonos que nos acercáramos a los refugios", relató.
La situación estalló tras una ofensiva sin precedentes: la semana pasada, Israel lanzó la mayor oleada de bombardeos aéreos contra Irán en años, con el objetivo de dañar su programa nuclear. La respuesta de Teherán no tardó en llegar, y desde entonces ambos países han intensificado sus ataques.
Las alarmas antimisiles se han convertido en parte de la rutina para Andrea y millones de israelíes.
Los primeros días nos llegaban hasta tres o cuatro alertas por día, una cada tres o cuatro horas", explicó.
"Desde las 7 de la mañana del jueves hasta hoy viernes no habíamos recibido ninguna alerta, por eso esta última me pareció muy extraña y me asusté".
Cada vez que suena una alerta, Andrea confiesa que entra en pánico. El temor a volver a escuchar explosiones como las de los días anteriores la paraliza.
"Los nervios me matan porque uno nunca sabe dónde va a caer el misil", admitió.
Hace apenas unos días, un proyectil impactó cerca de su vivienda. "Estuve en estado de shock todo el día", recuerdó.
Tan pronto suena una alerta, ella es de las primeras en correr hacia el refugio más cercano, ubicado a dos cuadras de su edificio. Para Andrea, la guerra ya no es algo que ve en las noticias: es una amenaza real que vive en carne propia.
Los ataques iraníes han impactado zonas residenciales, edificios de gran altura en las inmediaciones de Tel Aviv e incluso uno de los principales hospitales del sur del país. Han dejado al menos 24 muertos y 271 heridos en Israel desde el inicio de la ofensiva, según datos del gobierno israelí.
De igual forma, la capital de Irán y otras ciudades del país han sido blanco de un gran número de ataques israelíes desde la madrugada del viernes 13 de junio. Según la ONG estadounidense Human Rights Activists, más de 580 personas han muerto hasta la fecha en el país persa debido al conflicto armado.
Y la ansiedad y el miedo también forman parte del día a día en Irán.
En Irán: "Nadie camina por la calle". El brasileño Antônio Guerra Peixe, quien viajó a Irán para ayudar a entrenar a la federación de balonmano playa adulta del país persa, cuenta que estaba con un grupo en el aeropuerto de Teherán, listos para embarcar, cuando escuchó una explosión a lo lejos.
Todo estaba en silencio. Sentí miradas extrañas de la gente, hubo un poco de conmoción en el vestíbulo y luego nuestro vuelo fue cancelado".
Desde ese momento hasta ahora, todo ha ido cuesta abajo. "Del aeropuerto me trasladaron a este hotel donde llevo alojado varios días", le dice a BBC News Brasil este hombre de 68 años, originario de Río de Janeiro.
Antônio forma parte de un grupo de brasileños que esperan acciones de la embajada de Brasil para ser evacuados del país que está en guerra desde hace una semana .
El brasileño cuenta que en el hotel donde se hospeda, situado en el sector tres de Teherán, en una zona residencial con varias embajadas, hay pocos huéspedes y que además de él hay otros extranjeros alojados.
"Cuando miro por la ventana, no veo movimiento, absolutamente nadie caminando por la calle. Hasta ahora no ha faltado comida, pero hoy noté que el desayuno era un poco más escaso en comparación con los primeros días. Vi menos opciones de jugos y frutas, pero no hay escasez", afirmó.
"La gente ha abandonado la capital". Antônio cuenta que su hotel tiene un área subterránea para que la gente pueda refugiarse.
"El otro día oímos unas explosiones y fue un momento tenso. Aquí en el hotel nos advirtieron que si la situación se ponía tensa podríamos bajar, pero hasta ahora no he ido", explicó.
El brasileño dice que hay pocos negocios abiertos en Teherán, pero que los servicios públicos como la electricidad y el agua, por ahora, siguen funcionando. "La ciudad no se ha derrumbado. El mayor impacto que hemos visto hasta ahora es lo desoladas que están las calles. La gente ha abandonado la capital y se ha ido a sus casas de verano o a sus pueblos de origen", describió.
"Algunos supermercados permanecen abiertos y mucha gente está abasteciéndose de comida. Comprar carne o arroz es un poco más complicado ahora", explicó. "La gente está nerviosa, pero no lo demuestra". Desde el otro lado del conflicto, Andrea describe el ambiente en Tel Aviv como tenso.
"Creo que la gente está nerviosa, pero no lo demuestra. Algunos se han acostumbrado a esta situacion. Los israelíes son relajados y no entran en pánico rápidamente. Simplemente continúan con sus vidas como si no pasara nada. Ahora incluso las playas están plenas", afirmó.