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Japón ejecuta al "Asesino de Twitter" que desmembró y ocultó los cuerpos de 9 víctimas

Shiraishi atrajo a sus víctimas, ocho mujeres y un hombre, de entre 15 y 26 años, utilizando la plataforma de redes sociales Twitter al ofrecerles ayuda para acabar con sus pensamientos suicidas.

Japón ha llevado a cabo este viernes la ejecución de Takahiro Shiraishi, conocido como el ‘asesino de Twitter’, quien fue condenado en 2020 por el asesinato, desmembramiento y almacenamiento de los cuerpos de nueve personas en su residencia en Zama, al sur de Tokio.

Shiraishi atrajo a sus víctimas, ocho mujeres y un hombre, de entre 15 y 26 años, utilizando la plataforma de redes sociales Twitter al ofrecerles ayuda para acabar con sus pensamientos suicidas.

La información fue confirmada por la cadena pública NHK, citando fuentes del gobierno japonés.

El crimen ocurrió entre agosto y octubre de 2017, lo que generó una profunda conmoción en la sociedad japonesa.

El Ministerio de Justicia del país afirmó que la pérdida de las vidas fue utilizada por Shiraishi para satisfacer sus propias necesidades sexuales y económicas.

Keisuke Suzuki, ministro de Justicia, explicó que la ejecución se efectuó tras un juicio exhaustivo y añadió: "La pena de muerte es un castigo extremadamente grave que priva de la vida a una persona, por lo que debemos abordarla con cautela".

La ejecución tuvo lugar en un centro de detención de Tokio y marca el primer caso desde julio de 2022, coincidiendo con la toma de posesión del primer ministro Shigeru Ishiba. El abogado de Shiraishi, Akira Omori, comentó que la ejecución fue inesperada y pidió tiempo para reflexionar sobre la decisión, según declaraciones recogidas por NHK.

Durante el juicio, la defensa argumentó que Shiraishi actuó con el consentimiento de las víctimas, basado en las interacciones que mantuvo con ellas.

Sin embargo, su testimonio durante el proceso judicial, donde admitió que las víctimas intentaron resistirse al estrangulamiento, contribuyó a derribar esta defensa. Además, se comprobó que robó dinero y agredió sexualmente a las mujeres, lo que aumentó la gravedad de los cargos.

Shiraishi utilizó Twitter para contactar a las víctimas, donde justificó sus intenciones como pretensiones de ayudarles a morir.

La única víctima masculina era el novio de una de las mujeres asesinadas, quien se puso en contacto con Shiraishi tras la desaparición de su pareja.

A lo largo de su proceso legal, Shiraishi manifestó que no tenía intención de apelar la sentencia de muerte que se le impuso. Con esta ejecución, actualmente hay 105 personas condenadas a muerte en Japón, de las cuales 49 buscan un nuevo juicio o la repetición del mismo, según información proporcionada por la agencia de noticias Kyodo.

Este caso ha reavivado el debate sobre la pena de muerte en Japón, donde el número de ejecuciones y los procedimientos judiciales relacionados continúan generando opiniones diversas en la sociedad.

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