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Indignación en Colombia por el secuestro de un niño de 11 años en Jamundí

Las autoridades atribuyen el hecho al frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc. La gobernadora Dilian Francisca Toro y diversas entidades exigieron su liberación inmediata y ofrecen una recompensa de $200 millones por información. Mientras tanto, la comunidad realiza marchas, plantones y actos simbólicos en Cali en solidaridad con la familia del menor

El Valle del Cauca se une en un solo grito de repudio tras el secuestro de un menor por parte de hombres armados en zona rural de Jamundí. La comunidad, autoridades y organizaciones alzan la voz exigiendo su pronta liberación.

El rapto del niño Lyan José Hortúa Bonilla, de 11 años de edad, en el corregimiento de Potrerito, generó una ola de indignación nacional.

El hecho ocurrió el sábado 3 de mayo hacia las 7:30 p.m., cuando cinco hombres fuertemente armados y vestidos con prendas oscuras y pasamontañas irrumpieron en una vivienda, intimidando a sus ocupantes con ráfagas de fusil.

El menor es hijo de un comerciante de joyas y de una reconocida influencer colombiana, la víctima fue raptada tras ser obligado a salir de una habitación; una empleada doméstica también fue llevada, pero liberada horas después.

Las autoridades vincularon el secuestro al frente Jaime Martínez de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), liderado por alias Mordisco.

Según el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se trata de un crimen atroz que "cruza todos los límites del horror". Unidades del Gaula del Ejército y la Policía fueron desplegadas para su búsqueda, mientras que se ofrece una recompensa de hasta 200 millones de doláres por información que permita dar con el paradero del menor.

Las imágenes del momento del secuestro, captadas por cámaras de seguridad, muestran el terror vivido por quienes estaban en la casa. En uno de los videos, un hombre armado exige: “Que salga el pelaito, ¿dónde está el pelao?”, mientras una trabajadora del hogar suplica que no se la lleven.

Ante el hecho, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, condenó con vehemencia el secuestro y solicitó la activación inmediata de todos los mecanismos institucionales para lograr la liberación del menor. “Los niños son sagrados. Esta es una violación flagrante de los derechos humanos”, manifestó, haciendo un llamado al Gobierno Nacional, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), a la Defensoría y a la comunidad internacional.

Mientras se intensifica la búsqueda del niño, múltiples manifestaciones de solidaridad se realizan en la región. En el corregimiento de Potrerito se colocó un plantón con velas y flores encabezado por la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo. En Cali, estudiantes del colegio Anglo Americano, donde estudia el menor, marcharon con globos blancos exigiendo su regreso.

El rector de la institución, Alexander Mosquera, afirmó: “Como colegio, alzamos la voz en contra de esta barbarie. No podemos permitir que los niños sean víctimas de la violencia. Un país que no protege a su niñez está destinado al fracaso”.

La Procuraduría General designó a un agente especial para seguir de cerca las actuaciones de la Fiscalía en este caso. Según expertos, algunos de los captores tendrían acento caucano, lo que abre la posibilidad de que el niño fue trasladado al Cauca. Las autoridades rastrean vehículos y rutas de escape utilizadas por los delincuentes.

Con más de 60 horas transcurridas desde el secuestro, la angustia crece, pero también la solidaridad. El país entero espera que Lyan, regrese pronto y sano al lado de su familia.

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