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HRW denuncia la desprotección de los activistas en Colombia, con más de 400 asesinatos desde 2016

Colombia acumula los peores datos de asesinatos de activistas de toda la región, asegura el organismo, al considerar que la respuesta del Gobierno neogranadino es insuficiente

Más de 400 defensores de los Derechos Humanos han sido asesinados en Colombia desde el año 2016, pero el Gobierno del país neogranadino parece centrarse más en "elaborar discursos" que en adoptar medidas que tengan impacto, denunció la ONG Human Rights Watch (HRW), que repasó la escalada de violencia contra los activistas durante este último lustro.

La organización entrevistó a más de 130 personas y consultó documentos oficiales para elaborar un amplio informe que lleva por nombre "Líderes desprotegidos y comunidades indefensas: Asesinatos de defensores de derechos humanos en zonas remotas de Colombia" y que evidencia que la paz firmada con las FARC no ha aplacado las tensiones, reseñó Europa Press.

Colombia acumula los peores datos de asesinatos de activistas de toda la región, pero el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, cree que la respuesta del Gobierno es insuficiente. Así, al margen de los discursos políticos, ha subrayado que "la mayoría de los programas gubernamentales para prevenir estos asesinatos apenas funcionan o tienen graves deficiencias".

A menos que el Gobierno tome medidas eficaces, es probable que muchos más defensores de Derechos Humanos sean asesinados en Colombia y, en consecuencia, que cientos de comunidades vulnerables queden aún más indefensas", advirtió Vivanco.

Parte de los crímenes se atribuye a los grupos surgidos como disidencia de las FARC tras la firma del acuerdo de paz, pero HRW apuntó a que la violencia obedece a distintas dinámicas en función de la región, de tal forma que en el norte del Cauca se han registrado asesinatos contra indígenas que se oponen a la presencia de bandas armadas y el narcotráfico.

Tienen armas, carros, dinero, tienen todo para hacernos la guerra", mientras que "nosotros solo tenemos nuestros bastones de mando que simbolizan nuestra autoridad, nuestra resistencia pacífica y la defensa que hacemos de nuestro territorio", comentó un líder indígena a HRW.

En Tumaco, estos grupos han perpetrado asesinatos como represalia por desobedecer órdenes o por colaborar con el Ejército, pero también por defender la sustitución de los cultivos de coca, materia prima clave para la cocaína, por otros dedicados a la alimentación.

HRW ha incidió en que Colombia dispone ya de políticas, mecanismos y leyes encaminados a la protección de los defensores de lo Derechos Humanos, pero "su implementación a menudo ha sido pobre".

Así, cuestiona el alcance real de iniciativas como la Unidad Nacional de Protección, dependiente del Ministerio del Interior, o el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, en este caso no por los avisos en sí, sino por que las autoridades nacionales, departamentales y municipales no suelen responder a ellos.

La ONG también echó en falta que se convoque de forma periódica la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, que se ocupa de diseñar políticas para desmantelar a los grupos, y que no haya mayores esfuerzos para garantizar la rendición de cuentas, en parte por falta de personal. Desde 2016, solo se han logrado 59 condenas por asesinatos de defensores de Derechos Humanos.

Entre las recomendaciones de HRW figuró, además, un llamamiento para que se apliquen política efectivas para prevenir los asesinatos y proteger los derechos de los colectivos vulnerables, teniendo en cuenta cuestiones de tipo étnico, género, raza y otras características que pueden influir en riesgos y necesidades.

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