Hallan “cementerio” de migrantes en un desierto entre Arizona y Nuevo México
Este campo de muerte se encuentra en una zona a solo unas millas de la frontera, entre los estados norteamericanos, donde migrantes atraviesan el peligroso desierto en su intento por cruzar hacia el territorio estadounidense. Durante los últimos 18 meses, han encontrado huesos dispersos, ropa desgastada y otros objetos personales como mochilas, que evidencian la tragedia de quienes no lograron alcanzar su destino
La frontera entre México y Estados Unidos sigue siendo un lugar de muerte para muchos migrantes que buscan el sueño americano, enfrentándose a un desierto implacable que se cobra vidas de forma silenciosa. En los últimos años, voluntarios comprometidos con la búsqueda de personas desaparecidas han localizado un número alarmante de restos humanos en una región desértica que se ha convertido en un "cementerio sin cruces".
Este campo de muerte se encuentra en una zona a solo unas millas de la frontera, entre Arizona y Nuevo México, donde migrantes atraviesan el peligroso desierto en su intento por cruzar hacia Estados Unidos, reseña Univisión.
Los voluntarios, como James Holeman de The Battalion Search and Rescue, un grupo fundado en 2020, han identificado múltiples lugares donde descansan restos humanos expuestos al sol y al olvido. Durante los últimos 18 meses, han encontrado huesos dispersos, ropa desgastada y otros objetos personales como mochilas, que evidencian la tragedia de quienes no lograron alcanzar su destino.
En este "cementerio" han hallado hasta 27 sitios con restos, algunos incompletos y otros casi intactos, como una mandíbula humana con dientes intactos. Emmily Miller, voluntaria del grupo, expresa su tristeza al tener que descubrir estas vidas truncadas, mientras José Acosta, otro de los voluntarios, señala la cercanía de este lugar con viviendas y su frustración por la falta de acción de las autoridades. "Es muy triste saber que esto ocurre aquí mismo, en nuestra propia yarda", lamenta.
Aunque algunos restos se han identificado, como los de una migrante salvadoreña y una mujer mexicana, muchos continúan siendo desconocidos, expuestos al desierto. La indignación crece entre los voluntarios, que critican la falta de intervención del gobierno y la indiferencia ante las vidas perdidas. A pesar de la desolación y el dolor, los voluntarios se comprometen a seguir buscando, con la esperanza de ofrecer respuestas a las familias de los desaparecidos y evitar que estas vidas queden olvidadas en el desierto.