Gobierno de Trump planea enviar migrantes deportados a centros de detención en Libia

El Gobierno del presidente, Donald Trump, tiene planes de enviar a inmigrantes indocumentados a Libia en un avión militar como parte de su agresivo programa de deportaciones, según dijeron dos funcionarios estadounidenses a la cadena NBC News.
Los funcionarios no pudieron decir cuántos irán en el vuelo ni de qué nacionalidad son. La agencia de noticias Reuters fue la primera en informar sobre estos planes.
Al ser cuestionado este miércoles en la Casa Blanca sobre si Estados Unidos está enviando inmigrantes a Libia, Trump respondió: “No lo sé. Tendrán que preguntarle al Departamento de Seguridad Nacional”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo la semana pasada que Estados Unidos no estaba satisfecho sólo con enviar migrantes a El Salvador e indicó que Washington estaba buscando ampliar el número de países a los que podría deportar a personas.
El Departamento de Estado actualmente no aconseja viajar a esa nación del norte de África debido "debido a la delincuencia, el terrorismo, [la presencia de] minas terrestres sin detonar, conflictos civiles y armados y secuestros".
Libia es una nación que aún se encuentra dividida después de años de guerra civil tras el derrocamiento del dictador Muamar al Gadafi. De hecho, en el país hay dos gobiernos: uno establecido en Trípoli, la capital, en el oeste, y otro en Bengasi, liderado por Khalifa Haftar, en el este.
Estados Unidos solo mantiene relaciones formales con el Gobierno establecido en Trípoli. Sin embargo, Saddam, hijo de Haftar, visitó Washington la semana pasada y mantuvo reuniones con varios funcionarios de la Administración Trump. Haftar, con quien Trump mantuvo relaciones amistosas durante su primer mandato, controla la mayor parte de los yacimientos de petróleo de Libia.
Tras la noticia, el Gobierno de Unidad Nacional, que une al cuerpo basado en Trípoli con el Segundo Gabinete de Al-Thani con sede en Tobruk, negó categóricamente en un comunicado “la existencia de cualquier acuerdo o coordinación en relación con la recepción de cualquier migrante deportado desde los Estados Unidos”.
Además, también dijo que el acuerdo “no representa al Estado Libio y no lo vinculan jurídica ni políticamente” e insistió en su rechazo a que se utilice el territorio de Libia “como destino para la deportación de migrantes sin su conocimiento o consentimiento, y se adhiere a su derecho a proteger la soberanía nacional”.
El Ejército Nacional Libio de Khalifa Haftar dijo en un comunicado que también rechaza la idea de que el país acoja a migrantes deportados, ya que eso violaría “la soberanía de la patria”.
Libia es un puente importante de migrantes que tratan de llegar a Europa y tiene una amplia red de centros de detención para migrantes y refugiados.
Las condiciones en esos centros de detención son “duras y potencialmente mortales” y los detenidos, incluidos los niños, “no tienen acceso a los tribunales de inmigración ni a un proceso justo”, afirmó el Departamento de Estado en su informe anual sobre derechos humanos de 2024.
Grupos de derechos humanos han calificado las condiciones en los centros de detención migrantes en Libia de “deplorables” y “horribles”.