Gobierno de Afganistán condena muerte de fotoperiodista estadounidense y su intereprete
El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, condenó este lunes la muerte del reportero gráfico estadounidense David Gilkey y su intérprete local, Zabiullah Tamanna en un ataque talibán en la conflictiva provincia de Helmand.
“Se encontraban en la primera línea del frente para informar sobre la verdad cuando murieron y se han convertido ellos mismos en víctimas de la brutalidad de los talibanes".
El presidente afgano aseguró que "la historia" recordará a los dos fallecidos como "combatientes por la libertad de expresión", mientras que la memoria colectiva verá a los talibanes como "fuerzas del odio" por atacar de manera indiscriminada a civiles indefensos.
Gani se desplazó este lunes a Helmand, donde perdieron la vida el reportero gráfico y su intérprete, para revisar la situación de seguridad en una provincia que es objeto de disputa desde hace meses y en varias ocasiones ha estado a punto de caer en manos de los talibanes.
Gilkey y Tamanna, que viajaban con una unidad militar afgana en el distrito de Marjah, murieron cuando su vehículo pisó una mina terrestre, explicó un portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Muhammad Radmanish.
"Estamos recopilando todavía más detalles sobre la muerte de los dos periodistas, pero puedo decir que su seguridad estaba garantizada y el enemigo usa las minas terrestres como el único modo que tienen de golpear a nuestras tropas".
David Gilkey tenía 50 años y Tamanna, que años antes había trabajado como fotógrafo, 38 años. El estadounidense era considerado uno de los mejores periodistas gráficos del mundo y entre los galardones que había recibido se incluye el George Polk en 2010, un Emmy en 2007 y docenas de distinciones de la Asociación de la Casa Blanca para Fotógrafos de Noticias.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), desde 1992 han muerto en Afganistán 27 periodistas, entre los que se encuentra el español Julio Fuentes y la fotoperiodista alemana Anja Niedringhaus.
Los insurgentes han ganado terreno en zonas de Afganistán tras el fin de la misión de combate de la OTAN en 2014 y desde finales de 2015 controlan casi un tercio del territorio, según un informe del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán de EEUU.