Gabriel Boric propone plan global para resolver la crisis migratoria venezolana

El presidente chileno Gabriel Boric abogó ayer por la solidaridad latinoamericana ante la inmigración y por establecer cuotas entre los países de la región para recibir inmigrantes, especialmente a los provenientes de Venezuela.
Boric, que con 36 años es desde el viernes el presidente más joven en la historia de Chile, también se refirió a las organizaciones que unen a los países de la región y opinó que se deben dejar de crear grupos en función de los mandatarios de turno en su primer encuentro con la prensa internacional.
El mandatario llegó al poder en medio de un complejo panorama local e internacional que incluye una descontrolada migración en la frontera norte, donde rige un estado de excepción que permitió al saliente gobierno centroderechista disponer que militares ayuden a controlar decenas de pasos fronterizos ilegales por donde casi a diario ingresan extranjeros indocumentados, lo que ha ocasionado protestas. Boric dijo que extenderá el estado de excepción.
Consultado sobre el problema, opinó que la carga derivada de la crisis migratoria, especialmente la venezolana, “no puede recaer en uno o en un grupo de países, sino que tenemos que expresar la solidaridad latinoamericana y ahí todos los países de la región, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, tienen un rol que cumplir”.
“Esto lo tenemos que conversar multilateralmente, pero creo que es algo en lo que todos podríamos ganar”, añadió.
Respecto de las asociaciones regionales, opinó que “hay que dejar de crear organizaciones en función de las afinidades ideológicas de los mandatarios de turno”, en alusión al Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), impulsado por el centroderechista expresidente Sebastián Piñera e Iván Duque, de Colombia. “Creo que han demostrado que no sirven para unirnos y para avanzar en integración”, señaló.
La asunción
Boric el viernes asumió en una ceremonia en el Congreso en el puerto de Valparaíso a la que se presentó, fiel a su estilo, sin corbata, al término de la cual señaló que “vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país”.
De regreso en la capital pronunció un tradicional discurso desde uno de los balcones de la sede de gobierno que inició con casi una hora de atraso porque Boric se salió varias veces del protocolo y se acercó a algunos que lo esperaban en las afueras del palacio, y hasta se dio tiempo de tomarse selfies con algunos niños.
Asumió que uno de los primeros desafíos que enfrentará en el Parlamento es la aprobación de una reforma tributaria para recaudar un 5% del Producto Interno Bruto en cuatro años para cumplir con varias de las promesas de su gobierno, entre ellas subir gradualmente el salario mínimo de 350.000 (430 dólares) a 500.000 (620 dólares), crear 500.000 empleos femeninos y modificar los sistemas de salud, pensiones y educación, entre otras metas. “Van a venir momentos bien complicados... vamos a vivir tiempos desafiantes y tremendamente complejos”, son frases que ha repetido el gobernante los últimos días.
Argentina, el primer destino
Boric anunció ayer que su primer viaje en carácter de presidente de Chile fuera de su país tendrá como destino a la Argentina. Boric adelantó que ya habló con Alberto Fernández del viaje y que le pidió al mandatario argentino que la recorrida por la Argentina no sea sólo por la Ciudad de Buenos Aires.