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Francesa Lagardère desiste de comprar la concesión del Maracaná

Responsabilizando al gobierno de Río de Janeiro, la empresa francesa Lagardère desistió de comprar la concesión del Maracaná, mítico templo del fútbol brasileño, cuyo accionista mayoritario es Odebrecht.

"Considerando la posición inestable del Gobierno (de Río de Janeiro) en torno al Estadio Maracaná, Lagardère entiende que una posible adquisición de las acciones del Arena Maracaná tendría un grado de inseguridad jurídica incompatible con las exigencias internas de cumplimiento", explica la carta de desistimiento, publicada este jueves.

El consorcio Maracanã S/A, compuesto por Odebrecht (95%), IMX y AEG, ganó una licitación en 2013 para explotar comercial y administrativamente la arena por 35 años. El grupo cedió en marzo el estadio al Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Rio 2016, pero recusó aceptarlo de vuelta en octubre, alegando que el espacio no estaba en las mismas condiciones en que fue entregado.

Cerrado y abandonado durante meses, el Estadio Jornalista Mario Filho, apodado Maracaná, reabrió sus puertas en marzo de 2017 para un choque de la Copa Libertadores, bajo responsabilidad del club carioca Flamengo, que recibía en ese momento al argentino San Lorenzo.

La directiva del 'rubro-negro' aclaró en su momento que se trataba de un acuerdo puntual. El equipo más popular de Brasil está a favor de una nueva licitación para el control de la arena que compartía con su archirrival Fluminense, aunque también estudia construir un estadio propio.

Hace tres semanas, el Gobierno de Rio de Janeiro dejó abierta la posibilidad de realizar una nueva licitación, lo cual motivó la decisión de la empresa francesa.

Maracanã S/A informó a través de una nota que resta a la cámara de mediación y arbitraje de la Fundación Getulio Vargas, aceptada por ambas partes, definir los términos de la retirada. La instancia mediadora rehusó hablar públicamente sobre el caso. 

Fred Luz, director general de Flamengo -opuesto a la entrada de los franceses- dijo la mañana del jueves en rueda de prensa que "las principales preocupaciones del gobierno deben ser la preservación y mantenimiento del estadio (...) El gobierno no debe querer ganar dinero con el Maracaná".

Fluminense se abstuvo de opinar sobre la decisión.

Lagardère, que participó en la primera licitación del estadio, era la única empresa que restaba interesada en la operación. Antes la británica CSM y el grupo francés GL Events retiraron su intención de compra, argumentando falta de "garantías adecuadas y de seguridad jurídica y contractual".

La firma francesa ya tenía un memorando de entendimiento con Odebrecht así como personal trabajando en el estadio.

La apertura de una nueva licitación aún no está decidida. Otra opción para el mantenimiento de la mítica arena, inaugurada en 1950 para la Copa del Mundo que Brasil perdió en su césped ante Uruguay, sería pasar a manos de la municipalidad, según sugirió la semana pasada el alcalde de Rio de Janeiro, Marcelo Crivella.

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