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Expulsan de Colombia sargento venezolano que “espiaba unidades militares”

Migración Colombia sacaron del país al militar venezolano por 10 años, tiempo durante el que no podrá ingresar a territorio colombiano y después, para hacerlo, deberá portar una visa expedida por la Cancillería de ese país

Migración Colombia informó la noche de este jueves sobre la expulsión de la nación neogranadina del sargento venezolano Gerardo José Rojas Castillo, militar adscrito a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), a quien se le señala de espiar unidades militares en el vecino país.

Ayer, el Ejército colombiana reportó la captura de Rojas Castillo realizada por tropas de la Décima Brigada Blindada, unidad militar orgánica de la Primera División del Ejército Nacional, en un trabajo junto al Ministerio de Relaciones Exteriores y Migración Colombia, tras un año de seguimiento.

El organismo migratorio indicó que sacaron del país al militar venezolano por un periodo de 10 años, tiempo durante el que no podrá ingresar a territorio colombiano y después, para hacerlo, deberá portar una visa expedida por la Cancillería de ese país.

El ciudadano extranjero fue expulsado de manera discrecional por la autoridad migratoria colombiana, con base en un informe entregado por el Ejército Nacional en el que se indicaría que el ciudadano venezolano, perteneciente a las fuerzas armadas de ese país, estaría adelantando actividades no autorizadas las cuales pondrían poner en riesgo la seguridad nacional”, indica un comunicado de Migración Colombia.

El arresto del venezolano se efectuó en un puesto de control instalado en la Ye de Corazones, en la vía que comunica de Valledupar al departamento de La Guajira, luego de establecer que el ciudadano extranjero ingresó al país en calidad de refugiado, con la misión de desarrollar actividades de espionaje a las unidades militares en Colombia, especialmente sobre los departamentos de La Guajira y Cesar, señala el comunicado del Ejército.

La institución militar informó que, al parecer, Rojas Castillo fingía ser el dueño de un puesto de venta de jugos frente a las instalaciones militares y, posteriormente, logró ingresar a una empresa de Transportes de Valledupar como vigilante de seguridad, donde podía observar de forma permanente los movimientos externos del Cantón Militar de la Décima Brigada Blindada.

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