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Estadounidenses se alejan de Trump por políticas antimigratorias: 54 % rechaza redadas en lugares de trabajo

La encuesta hecha por Pew Research revela que el 60 % de los estadounidenses desaprueba la suspensión de la mayoría de las solicitudes de asilo y un porcentaje similar es contrario a la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS). Un 65 % de los encuestados apoya lo contrario: dar vías para legalizar a quienes están sin papeles. El 36% opina, además, que estos migrantes deberían ser elegibles para obtener la nacionalidad si cumplen ciertos requisitos

La política migratoria de la administración de Donald Trump no cuenta con la aprobación de la mayor parte de la sociedad. Según la última encuesta realizada por Pew Research, un 47 % de la población percibe de forma negativa la ofensiva antiinmigración que está ejecutando el Gobierno, frente a un 42 % que la aprueba.

Las expulsiones masivas de migrantes indocumentados, que Trump quiere impulsar aún más para conseguir su ansiada mayor deportación de la historia, mantienen divididos a los ciudadanos. La mitad de los estadounidenses afirma que el enfoque de la Administración está actuando sin tener cuidado al deportar a migrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos. Solo cuatro de cada diez (39 %) afirma que el enfoque ha sido más o menos correcto.

Trump ya incluía en su programa electoral con el que regresó a la Casa Blanca una cruzada contra la inmigración, pero las medidas que ha tomado desde el 20 de enero han superado las expectativas de muchos. El discurso del republicano era que las deportaciones se enfocarían, al menos inicialmente, en los indocumentados que hubieran cometido delitos.

Las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en restaurantes, fábricas y otros lugares de trabajo, o en los tribunales, donde acuden los migrantes a cumplir con sus citas, no agradan a la mayoría. El 54 % desaprueba el aumento de las redadas en lugares de trabajo donde podrían estar empleadas personas que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos, frente al 45 % que lo aprueba.

La encuesta fue realizada a 5.044 ciudadanos entre el 2 y el 8 de junio, antes de que el ICE protagonizara las operaciones más agresivas de detenciones en Los Ángeles y otras ciudades que desencadenaron masivas protestas y el despliegue de la Guardia Nacional y los marines en la ciudad californiana.

Cientos de miles de personas críticas con las políticas migratorias y el uso de la fuerza para aplacar las protestas salieron a la calle el sábado 14 en las manifestaciones organizadas por la plataforma No Kings y otros grupos contrarios al Gobierno.

Las opiniones de los encuestados están muy influidas por el partido de su preferencia. El 78 % de los republicanos y los independientes con inclinaciones republicanas aprueba el enfoque de la Administración sobre inmigración, incluyendo un 51 % que lo aprueba firmemente. Solo el 12 % lo desaprueba.

En contraste, el 81 % de los demócratas y con inclinaciones demócratas lo desaprueba, con un 63 % que lo desaprueba firmemente. Solo el 9 % lo aprueba.

Mayor es la oposición al Gobierno en el desmantelamiento de los programas que han permitido que migrantes que huyen de sus países por la violencia, desastres naturales o por ser perseguidos sean acogidos en Estados Unidos.

El 60 % de los estadounidenses desaprueba la suspensión de la mayoría de las solicitudes de asilo y un porcentaje similar es contrario a la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS), que ha permitido que ciudadanos de países como Venezuela y Haití residan y trabajen en EE UU.

En contra de la posición del Gobierno, que con la cancelación de programas está engrosando la lista de indocumentados con personas que hasta ahora residían legalmente en el país, un 65 % de los encuestados apoya lo contrario: dar vías para legalizar a quienes están sin papeles. El 36% opina, además, que estos migrantes deberían ser elegibles para obtener la nacionalidad si cumplen ciertos requisitos.

Las dos razones esgrimidas por el Gobierno para justificar las expulsiones de los indocumentados son que se aprovechan de los recursos públicos y que son delincuentes. Los expertos y muchos estudios han probado que la realidad es que quienes no tienen papeles no pueden acceder a los beneficios federales, como sanidad y subvenciones, mientras que contribuyen con sus impuestos a las arcas públicas.

Además, las asociaciones de empresarios ya han advertido que las deportaciones masivas de trabajadores sin ningún historial delictivo están causando falta de mano de obra, desabastecimiento de productos y un alza de precios. La encuesta de Pew muestra que los estadounidenses esperan que las políticas cuesten dinero a los contribuyentes (53 %) en lugar de ahorrarles dinero (29 %). Y son más los que afirman que estas políticas debilitarán la economía estadounidense (46 %) en lugar de fortalecerla (34 %).

La opinión pública está dividida sobre el uso de las fuerzas de seguridad estatales y locales en los esfuerzos de deportación (el 50 % lo aprueba, el 49 % lo desaprueba). El Gobierno ha presionado para que los Estados firmen acuerdos 287g, que obligan a los agentes locales a colaborar con ICE en sus detenciones, mientras que ha amenazado a los que lo rechazan, los llamados santuario que protegen a los migrantes.

La construcción del muro en la frontera con México ha ganado adeptos con el tiempo. Un 56 % de los estadounidenses está a favor de ampliarlo, frente al 46 % de 2019. El apoyo republicano a un muro fronterizo se mantiene alto (el 88 %) y el apoyo demócrata, aunque continúa bajo, ha aumentado del 14 % de hace seis años al 27 %.

El índice de aprobación de Trump (41 %) se ha mantenido prácticamente sin cambios en los últimos meses, pero sigue siendo inferior al de las primeras semanas de su mandato.

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