El Canciller de Colombia reafirma que prefiere no enviar representación oficial a la juramentación de Maduro

Nicolás Maduro está a poco menos de 15 días de volver a asumir la presidencia de Venezuela por un período de seis años. En Colombia, persisten las incertidumbres en torno a la decisión del presidente Gustavo Petro sobre la posible asistencia del país al acto de toma de posesión de Maduro, programado para el 10 de enero. Este evento se da en un contexto de cuestionamientos sobre la legitimidad de las elecciones que llevaron a Maduro a la reelección.
El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, abordó esta polémica durante una entrevista emitida el 29 de diciembre en la revista Cambio. Murillo subrayó el respeto de Colombia por la soberanía venezolana, pero también enfatizó que el reconocimiento de los resultados electorales en Venezuela debe basarse en la existencia de actas oficiales que validen el proceso electoral.
Aunque la posibilidad de que el embajador colombiano asista a la posesión de Maduro ha sido analizada, el canciller aclaró que esta asistencia no equivaldría a un reconocimiento de los resultados electorales. La decisión, según Murillo, se fundamentaría en principios diplomáticos, como el respeto entre naciones y la necesidad de mantener canales de comunicación abiertos.
“Esta decisión no se ha tomado. Es una de las recomendaciones que ha recibido el presidente. La decisión de enviar al embajador colombiano a la toma de posesión de Maduro no implicaría, bajo ninguna circunstancia, un reconocimiento de los resultados electorales”, expresó el canciller Murillo.
A pesar de esto, el canciller también compartió su opinión personal, indicando su preferencia de que Colombia no envíe representación oficial al evento. "Mi preferencia como Canciller es que no asista "
Y agregó:
“Claro, es necesario tener en cuenta que en el caso de Venezuela compartimos una frontera dinámica y una conexión profunda en términos familiares, sociales, culturales, históricas, económicas y comerciales. Estas relaciones trascienden cualquier coyuntura política y son esenciales para garantizar el bienestar de nuestra población fronteriza”.
Murillo hizo hincapié en las implicaciones que tienen las relaciones entre Colombia y Venezuela, resaltando que el bienestar de la población en la frontera es una prioridad.
“Ya hemos vivido las graves consecuencias económicas y sociales de cierres de frontera en el pasado. Nuestra prioridad seguirá siendo proteger y promover los intereses y el bienestar de nuestra gente. El Gobierno tendrá en cuenta esos factores”, concluyó el jefe de la diplomacia colombiana.