Detienen en Portugal a fugitivo brasileño implicado en caso Petrobras
Raul Schmidt, prófugo de la justicia brasileña e investigado por el escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras, fue detenido este lunes en Lisboa dentro de la operación Lava Jato.
La Fiscalía portuguesa confirmó el arresto de un ciudadano luso-brasileño por su presunta implicación en ese escándalo, aunque fue la prensa lusa la que reveló la identidad de Schmidt, socio de un antiguo director de la estatal Petrobras.
La Policía Judicial lusa (PJ), por su parte, se limitó a apuntar en un comunicado que el detenido deberá prestar declaración en el Tribunal de Relación de Lisboa y que es sospechoso de "haber actuado como intermediario en operaciones de Petrobras que llevaron al cobro indebido de comisiones por valor de varios millones de reales".
Schmidt se encuentra investigado por el Ministerio Público Federal y por la Policía Federal de Brasil, y sobre él pesaba un mandato de detención internacional.
Medios lusos revelaron que su arresto se produjo este lunes a primera hora en un apartamento situado en el centro de Lisboa.
La prensa portuguesa asegura, además, que el detenido se había dado a la fuga y se encontraba escondido en la capital portuguesa, donde contaba con la ayuda de varios familiares.
La Justicia brasileña había solicitado de forma oficial la cooperación de las autoridades lusas, y reflejo de ello es que en la operación de este lunes participaron 14 agentes de la PJ, un fiscal y un juez por parte de Portugal, así como otro fiscal y dos policías por parte de Brasil.
El Ministerio Público portugués reveló, asimismo, que las autoridades brasileñas ya "manifestaron su intención de iniciar un proceso de extradición" para que Schmidt responda ante la Justicia de su país.
La petrolera está envuelta en una gran escándalo de corrupción en Brasil que incluye a centenares de investigados, entre ellos el propio expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La investigación fue abierta por la Policía Federal en marzo de 2014 y fue bautizada Lava Jato, como en Brasil se conocen los servicios de lavado a chorro de los automóviles, debido a que los primeros lugares allanados fueron gasolineras que los cambistas usaban como tapaderas para el lavado de dinero.
Pero Sergio Moro, un juez federal de la ciudad de Curitiba, descubrió que el dinero blanqueado en los lavaderos provenía de desvíos de Petrobras, la mayor empresa de Brasil.