Descartan impacto de asteroide contra la Tierra en 2032

La comunidad astronómica ha realizado importantes avances en la observación del asteroide 2024 YR4JJGK, permitiendo así restringir su órbita y descartar un posible impacto contra la Tierra en el año 2032. Esta verificación se produjo gracias a nuevas observaciones realizadas a finales de febrero con múltiples telescopios.
Olivier Hainaut, astrónomo del Observatorio Europeo del Sur (ESO), que participa en el seguimiento del asteroide mediante el Very Large Telescope (VLT), afirmó: "El haz más estrecho ahora se está alejando de la Tierra". Según un comunicado emitido el 25 de febrero por el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA), la probabilidad de un impacto fue revisada a aproximadamente 0,001 %, por lo que 2024 YR4JJGK ya no se encuentra en la lista de objetos riesgosos de la ESA.
Sin embargo, la atención de los científicos no se centra únicamente en la Tierra. Datos recientes del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA indican que existe un 1,7 % de probabilidad de que el asteroide impacte en la Luna el 22 de diciembre de 2032. Juan Luis Cano, Coordinador de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, comentó: "Sería interesante ver qué sucede en el caso de la Luna. Cuantas más medidas acumulemos, va a llegar un punto en el que la probabilidad de impacto se irá a cero. Pero vamos a estar pendientes".
En una entrevista, Cano destacó las implicaciones científicas de un posible impacto lunar: "Como la Luna no tiene atmósfera, el impacto sería directo sobre la superficie, generando un cráter. Sería un evento bastante interesante de observar a nivel científico, dándonos un ejemplo directo y claro de la creación de un nuevo cráter en la Luna".
El asteroide en cuestión no se acercará a nuestro planeta hasta diciembre de 2028, aunque será observable desde abril de ese mismo año. Esta cercanía al planeta Tierra brindará la oportunidad de determinar con mayor certeza su trayectoria antes de que llegue el año 2032.
La comunidad científica continuará monitorizando el asteroide y recopilando datos para prevenir cualquier riesgo futuro, bajo el enfoque constante de la investigación espacial y el seguimiento de objetos cercanos a la Tierra.