El diario plural del Zulia

Conozca las cinco industrias que tienen más en juego en las elecciones de EE. UU.

Estas elecciones, que incluyen la renovación de escaños en el Congreso, podrían tener repercusiones directas en diversas industrias. A continuación, un vistazo a los sectores con más en juego

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos, previstas para este martes 5 de noviembre, representan un enfrentamiento entre dos visiones que podrían remodelar la economía mundial durante años. Tanto Kamala Harris como Donald Trump han evitado precisar cómo abordarán temas cruciales para grandes sectores, entre ellos el tecnológico.

Un punto central es cómo cada uno gestionaría los esfuerzos antimonopolio hacia las empresas tecnológicas, tras el aumento en la regulación bajo la administración de Joe Biden.

Estas elecciones, que incluyen la renovación de escaños en el Congreso, podrían tener repercusiones directas en diversas industrias. A continuación, Bloomberg Línea ofrece un vistazo a los sectores con más en juego:

Grandes bancos

Los ocho principales bancos de Estados Unidos enfrentan inminentes exigencias para aumentar su capital, lo que mejoraría su solvencia ante crisis financieras, pero reduciría el dinero disponible para dividendos y recompras de acciones. Los bancos advierten que estas medidas también podrían restringir los préstamos a consumidores y empresas.

El resultado de las elecciones determinará la velocidad de implementación de estas normas y el monto de capital adicional requerido.

Si Harris gana, los reguladores probablemente avanzarán con Basilea III, un acuerdo internacional de regulación financiera post-crisis de 2008. Instituciones como Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup, Wells Fargo y JPMorgan verían un aumento del 9% en sus requisitos de capital, con una probabilidad del 60% de que la medida esté finalizada para el tercer trimestre de 2025, según Bloomberg Intelligence.

En cambio, si Trump resulta vencedor, se prevé una flexibilización de las regulaciones, posponiendo e incluso suavizando los requisitos, explicó Isaac Boltansky, director gerente de BTIG. Además, el expresidente se inclinaría por una menor regulación en el sector financiero.

Aunque el aumento de los requisitos de capital suele reducir las ganancias bancarias, su impacto total dependerá de los detalles finales, añadió Boltansky.

Cuidado de la salud

Las aseguradoras de salud como Centene y UnitedHealth podrían enfrentar una pérdida de ingresos de hasta 25.000 millones de dólares en 2026 si los subsidios ampliados de la Ley de Atención Médica Asequible, más conocida como Obamacare, no son renovados cuando expiren a fines de 2025, según proyecciones de Bloomberg Intelligence.

La vicepresidenta Kamala Harris y los demócratas en el Congreso se han pronunciado a favor de prorrogar estos subsidios. Sin embargo, esta medida no sería prioritaria en una posible administración de Donald Trump, dado que él y muchos republicanos han reafirmado su intención de derogar y sustituir el Obamacare. Según Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de KFF, un instituto de investigación en política de salud, la pérdida de estos subsidios implicaría “sacar dinero de los bolsillos de las aseguradoras y los hospitales”.

Estos subsidios son esenciales para que millones de estadounidenses puedan pagar su seguro médico. La Oficina de Presupuesto del Congreso advierte que, sin una renovación, la inscripción en el Obamacare podría reducirse en 3,8 millones de personas en un solo año.

En contraste, un gobierno republicano también podría aliviar la presión sobre la industria farmacéutica, que actualmente enfrenta llamados a reducir los precios que Medicare paga por los medicamentos recetados, añadió Levitt.

Vehículos eléctricos

La carrera presidencial en EE. UU. tiene a la industria de los vehículos eléctricos en una encrucijada. Fabricantes como Tesla y Rivian, junto a gigantes tradicionales como General Motors, observan el desarrollo con atención: el futuro de sus inversiones y el mercado de autos eléctricos dependen de los resultados.

En juego están tanto los incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos, como las normas de emisiones que impulsan la producción de modelos más ecológicos. Una victoria de Kamala Harris, la candidata demócrata, implicaría la continuidad de créditos federales de hasta $ 7.500 para autos eléctricos nuevos y $ 4.000 para vehículos usados. Sin embargo, una presidencia de Trump pondría estos beneficios en riesgo, con posibles recortes bajo un enfoque más estricto en el programa “Buy American”, según Bloomberg Intelligence. Trump ha sido claro en su postura y ha prometido desmantelar las políticas de la administración Biden que favorecen los vehículos eléctricos "el primer día".

Pese a un tono ligeramente más moderado desde que recibió el apoyo del CEO de Tesla, Elon Musk, Trump mantiene sus ataques contra lo que llama, de forma inexacta, el “mandato de los vehículos eléctricos” impulsado por Biden.

Para eliminar los subsidios a las energías limpias o los incentivos a los consumidores, sería necesaria una mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso, advierte Sarah Bianchi, directora ejecutiva de Evercore ISI. No obstante, Bianchi subraya que el mayor riesgo podría estar en el uso de poderes ejecutivos por parte de Trump, quien podría imponer restricciones mediante cambios regulatorios.

Comercio minorista

El sector minorista estadounidense podría verse gravemente afectado por un aumento en los aranceles sobre productos de consumo si Donald Trump llegara a la presidencia, advierte Bloomberg Intelligence. Según el análisis, la implementación de aranceles de entre el 10% y el 20% sobre todos los bienes importados, junto con un arancel del 60% para productos provenientes de China, podría reducir tanto el volumen de ventas como los márgenes de ganancia en el sector.

El comercio minorista está particularmente expuesto, ya que los aranceles impactarían una amplia gama de productos", afirmó Henrietta Treyz, socia gerente de la firma de inversiones Veda Partners. Treyz advirtió sobre un ciclo de represalias comerciales que podría elevar aún más los aranceles, intensificando los efectos negativos para el sector.

El peso de estos aranceles recaería especialmente en la ropa y el calzado, productos que son casi en su totalidad importados. Datos de la American Apparel & Footwear Association muestran que el 97% de la ropa y el 98% del calzado vendido en EE.UU. es de origen extranjero. De manera similar, la Consumer Technology Association reporta que más del 90% de los dispositivos electrónicos de consumo también provienen del exterior.

China desempeña un papel clave en esta cadena de suministro, representando más de un tercio de la ropa importada, más de la mitad del calzado, el 79% de los laptops, el 78% de los teléfonos inteligentes y el 87% de las consolas de videojuegos que se venden en Estados Unidos.

En contraste, Henrietta Treyz señaló que Kamala Harris, candidata demócrata, probablemente evitaría imponer aranceles generales, optando en su lugar por enfocarse en sectores específicos y regulaciones sobre exportaciones.

Aunque los aranceles son pagos asumidos por los importadores, estos mayores costos se trasladan en última instancia a minoristas y consumidores estadounidenses.

Energía

La industria de los combustibles fósiles podría experimentar un resurgimiento significativo si Donald Trump gana las elecciones, especialmente si los republicanos también logran controlar el Congreso. Por el contrario, los productores de energías renovables, como la energía eólica marina, se beneficiarían con la reelección de los demócratas, aunque estarían en una situación precaria bajo un posible mandato de Trump.

Trump ha prometido levantar la moratoria impuesta por la administración Biden sobre las licencias necesarias para la exportación de gas natural licuado (GNL). Actualmente, más de una docena de proyectos, que requieren inversiones multimillonarias, esperan la aprobación de permisos, incluyendo el ambicioso proyecto CP2 de Venture Global LNG Inc. en Luisiana. Se espera que una mayor capacidad de exportación eleve tanto los precios como el volumen de ventas del gas natural estadounidense, según las proyecciones de la Administración de Información Energética.

Además, Trump ha declarado su intención de "eliminar" las regulaciones implementadas por Biden que limitan las emisiones de dióxido de carbono en las centrales eléctricas que utilizan carbón y gas, lo que podría prolongar la operación de muchas instalaciones que dependen de combustibles fósiles. Las políticas de Biden que exigen a las empresas de petróleo y gas invertir más en la reducción de emisiones de metano también estarían en la mira de Trump, quien buscaría desmantelar las cargas regulatorias que afectan a las empresas energéticas.

Sin embargo, es poco probable que Trump logre persuadir a los productores de petróleo en Estados Unidos para que aumenten de manera significativa la perforación y extracción. La producción de petróleo ya ha alcanzado niveles récord, y los inversores podrían mostrarse reacios a sacrificar dividendos y recompra de acciones en favor de incrementar la producción.

Mientras el gobierno de Biden ha estado acelerando la financiación para su emblemática legislación climática, Trump podría intentar limitar los subsidios y créditos fiscales asociados a esta ley a través de la reescritura de regulaciones, según Kevin Book, director gerente de la consultora ClearView Energy Partners LLC.

El expresidente ha mostrado una oposición particular hacia la energía eólica marina. Los proyectos propuestos en este sector podrían enfrentar serias dificultades para obtener las aprobaciones necesarias, y aquellos ya aprobados podrían correr el riesgo de ser cancelados.

Lea también
Comentarios
Cargando...