¿Cómo plantea el Gobierno de Trump las deportaciones masivas a Venezuela y Cuba?

La implementación de políticas de deportación por el Gobierno de Donald Trump, con vuelos de deportación ya aterrizando en Guatemala, Brasil y Colombia, ha intensificado las tensiones con diversas naciones latinoamericanas. Esta política de deportación es un importante aspecto de la estrategia migratoria promovida por el gobierno republicano. Una de las disputas más destacadas fue entre Trump y el presidente colombiano, Gustav Petro, el 26 de enero de 2025.
Tras este incidente diplomático con Colombia, Estados Unidos puede enfrentar aún desafíos más grandes con países con los cuales sus relaciones son menos estrechas. Cuba, Nicaragua y Venezuela, tres países tradicionalmente reticentes a cooperar con la administración estadounidense, han sido notoriamente renuentes a aceptar deportados. De hecho, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos ha catalogado a Cuba como "recalcitrante" en su disposición a recibir deportados, así lo reportó la cadena alemana DW.
El Gobierno de Trump posee algunas tácticas de presión para estos desafíos, como la Sección 243(d) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), que le permite al Ejecutivo suspender todas las visas para ciudadanos de países que se niegan a aceptar deportados. Otras medidas podrían incluir amenazas de aranceles, recortes de ayuda y presión política.
No obstante, es posible que estas tácticas no tengan un gran impacto en La Habana, Managua o Caracas, dado que estas naciones no dependen tanto del comercio y los acuerdos con Estados Unidos como lo sé otros países, como Colombia o México.
Según algunos expertos, el aumento de sanciones podría ser contraproducente, exacerbando las duras condiciones económicas a las que se enfrentan estos países y potencialmente impulsando a más personas a emigrar. Aun así, otros analistas señalan que no se debe subestimar el poder de presión del Gobierno estadounidense.
Más allá de su aparente disposición a explorar distintas estrategias de presión, la administración de Trump también ha aumentado la presencia militar en la frontera sur de Estados Unidos.