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Cómic “Adios, Birkenau” recuerda los horrores del holocausto nazi

"Las páginas reflejaran lo que pretendíamos: llegar al público y contar una historia potente con un estilo semirealista, más suelto y limpio que ayude a los lectores a sentirse reflejados con los personajes. Transmitir esa emoción", dicen sus realizadores

Al borde de cumplir los 100 años, Ginette Kolinka, sobreviviente del campo de exterminio nazi de Birkenau, nos lleva a través de vívidos recuerdos de horror y desolación en el cómic "Adiós, Birkenau" (Norma Editorial). Coescrito por Victor Matet y Jean-David Morvan, e ilustrado por Cesc Dalmases, Ricard Efa, y Roger Surroca, el cómic documenta su vida durante el Holocausto.

A sus 19 años, Kolinka fue enviada al centro, conocido también como Auschwitz II. En el cómic, recuerda la crueldad deshumanizadora vivida: "A partir de ese momento, creo que dejé de pensar. Como si mi cerebro se desconectara. Puede que dejar de pensar fuera lo que me salvó la vida", relata en una de las secuencias de la obra.

Kolinka, número tatuado 78599, fue deportada junto a su familia desde París, el 13 de abril de 1944. Sólo ella sobrevivió para narrar su historia. "Adiós, Birkenau" documenta tres etapas de vida: sus meses previos al centro de exterminio, su estancia en Birkenau, y su papel actual como embajadora de las víctimas del Holocausto. El objetivo del equipo de la producción era presentar la historia más documentada sobre Birkenau hasta la fecha.

Ricard Efa, uno de los ilustradores del cómic, explicó que todo el material ilustrativo estaba bajo la supervisión de Kolinka: "No damos nuestra opinión. Interpretamos lo justo para poder retratar el horror de Ginette, con respeto y distancia".

Luego de su liberación en 1945, Kolinka esperó más de 50 años para revelar su pasado traumático. Desde entonces, ha visitado colegios e institutos en Francia, promoviendo la memoria del Holocausto.

La vigésima visita de Kolinka a Birkenau en 2020 fue acompañada por los guionistas, para establecer el fundamento de la novela gráfica que honra a las víctimas del Holocausto, especialmente a un público juvenil. Puede que para Ginette "un cómic no deja de ser algo para críos", dice Efa, pero ahora ella se complace con el resultado y el impacto que ha generado al narrar su historia en este formato.

Condestable ilustrador del cómic, Cesc Dalmases resaltó la importancia de que "las páginas reflejaran lo que pretendíamos: llegar al público y contar una historia potente con un estilo semirealista, más suelto y limpio que ayude a los lectores a sentirse reflejados con los personajes. Transmitir esa emoción".

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