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Colombia enfrenta un resurgimiento alarmante de minas antipersona

La Oficina del Alto Comisionado para la Paz de Colombia reportó un total de 998 incidentes relacionados con minas antipersonales (MAP) y municiones sin explotar (MUSE) en 2024. Esta cifra representa un incremento de más del 11% en comparación con los 896 incidentes reportados en 2023. Desde 2021, el número de incidentes ha ido en aumento, comenzando con 316 reportes en 2021 y 412 en 2022. Expertos indican que este aumento es multifacético y no puede ser atribuido a una única causa.

En Colombia, la situación relacionada con las minas antipersona está experimentando un preocupante retroceso tras años de descenso. A finales de enero, el ejército colombiano incautó más de 2.600 artefactos explosivos improvisados, entre ellos, minas asociadas al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Tibú, en la región del Catatumbo. Previamente, las autoridades habían confiscado otras 300 minas vinculadas con las disidencias de las FARC en la misma zona, lo que ha dejado caminos, veredas y fincas intransitables, así lo reporta InSight Crime en su más reciente trabajo.

La Oficina del Alto Comisionado para la Paz de Colombia reportó un total de 998 incidentes relacionados con minas antipersonales (MAP) y municiones sin explotar (MUSE) en 2024. Esta cifra representa un incremento de más del 11% en comparación con los 896 incidentes reportados en 2023. Desde 2021, el número de incidentes ha ido en aumento, comenzando con 316 reportes en 2021 y 412 en 2022. Expertos indican que este aumento es multifacético y no puede ser atribuido a una única causa.

Un dato significativo es que el 94% de los incidentes han sido resultado de operaciones de desminado. Las constantes confrontaciones entre grupos armados, así como el mayor acceso a áreas previamente inaccesibles durante el conflicto armado, han contribuido a esta problemática. Por otra parte, zonas como Cauca y Nariño han experimentado cifras de incidentes que superan los niveles observados desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, con 58 en Cauca y 69 en Nariño.

Aunque Colombia es signataria de la Convención sobre la prohibición y destrucción de MAP desde 1997, la verdadera movilización hacia la desminación activa no comenzó hasta 2016, tras la desmovilización de las FARC. Camilo Serna, director de la ONG Campaña Colombiana Contra Minas, ha advertido sobre el aumento de la accidentalidad civil, afirmando que “la afectación en los últimos años después del Acuerdo de Paz había bajado drásticamente”, pero “ahora hemos recuperado cifras que se daban a inicios del Acuerdo”.

Las principales razones detrás de este resurgir incluyen:

1. **Presión Militar**: La lucha por el control de territorios estratégicos ha llevado a grupos armados a volver a sembrar minas.
2. **Incremento en Incidentes**: En Arauca, las autoridades reportaron 101 incidentes, mientras que en Cauca y Nariño se registraron 142 y 318 incidentes, respectivamente.
3. **Transferencia de Conocimiento**: Grupos como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) han adoptado tácticas de las FARC, aumentando el uso de estos artefactos explosivos.

Es importante mencionar que explosionologías artesanales están en evolución, con innovaciones como el uso de tubos de PVC que incrementan su vida útil y eficacia. “Ya es muy difícil de controlar porque el número de grupos armados que saben cómo construir un artefacto explosivo improvisado es muy amplio”, indicó un experto en MAP que solicitó permanecer en el anonimato.

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