Así fue el último mensaje del Papa a los fieles de todo el mundo

Ayer domingo de Pascua, el Papa Francisco se presentó ante los fieles desde la logia central de la Basílica de San Pedro, donde impartió la bendición "Urbi et Orbi" (de la ciudad de Roma al mundo entero) después de la misa celebrada por el Cardenal Angelo Comastri. Este año, el mensaje pascual fue leído por el Monseñor Diego Ravelli, quien es el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Pontífice.
Acompañado por los cardenales Dominique Mamberti y Fernando Vérgez Alzaga, el Papa mostró su compromiso pastoral a pesar de las recientes dificultades de salud que enfrentaba ayer mismo. Francisco compartió un emotivo mensaje en el que destacó que "desde el sepulcro vacío de Jerusalén llega hasta nosotros el sorprendente anuncio: Jesús, el Crucificado, «no está aquí, ha resucitado» (Lc 24,6)". Recalcó que "el amor venció al odio. La luz venció a las tinieblas".
Durante su discurso, se dirigió a quienes sufren, afirmando que "sus gritos silenciosos han sido escuchados, sus lágrimas han sido recogidas". En este contexto, el Papa subrayó que la resurrección de Jesús representa "el fundamento de la esperanza", haciendo hincapié en que "la esperanza no defrauda. ¡Spes non confundit!".
El Santo Padre también hizo un llamado a la paz, "No más estruendos de armas", dijo reflexionando sobre la violencia presente en el mundo y en las familias, y solicitó que se vuelva a tener confianza en la humanidad. "Quisiera que volviéramos a tener esperanza en que la paz es posible", añadió, destacando la necesidad de un ambiente de paz en Tierra Santa.
Francisco expresó su preocupación por el "creciente clima de antisemitismo" y se solidarizó con la comunidad cristiana en Gaza, manifestando que el conflicto continúa causando destrucción y sufrimiento humanitario. Instó a las partes en conflicto a cesar el fuego y ayudar a la población afectada. También recordó a los cristianos en Líbano, Siria y Yemen, mientras clamaba por soluciones dialogadas en medio de crisis prolongadas.
El Papa también dirigió sus palabras a Ucrania, deseando que "Cristo resucitado infunda el don pascual de la paz", y alentó a proseguir los esfuerzos hacia una paz justa y duradera en la región del Cáucaso y los Balcanes. Hizo un llamado a la comunidad internacional para que apoye a aquellos que sufren por las consecuencias de las guerras, especialmente en África y Birmania.
Concluyendo su mensaje, el Papa pidió por la liberación de los prisioneros de guerra y destacó que la muerte y la vida se han enfrentado en esta Pascua. "Sólo Él puede hacer nuevas todas las cosas", expresó, añadiendo que el principio de humanidad debe prevalecer en las acciones cotidianas.
Al finalizar la bendición, el cardenal protodiácono anunció la concesión de la indulgencia plenaria a todos los fieles presentes y a aquellos que reciban la bendición a través de los medios de comunicación. En un gesto emotivo, el Papa Francisco saludó a los cerca de 50,000 fieles que se reunieron en la plaza, marcando su primer paseo en papamóvil desde su recuperación reciente.