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Argentina inhibe bienes y cuentas bancarias a Irineo Garzón, acusado de violar a venezolana

El tribunal argentino igualmente colocó a Garzón una tobillera electrónica para controlar que no pueda acercarse a la víctima

Un tribunal argentino inhibió los bienes y las cuentas bancarias a Irineo Humberto Garzón Martínez, acusado de abusar sexualmente el 23 de enero a una joven venezolana de 18 años , informó el periodista Carlos Iván Suárez.

Otra medida judicial fue colocar una tobillera electrónica para controlar que el atacante no pueda acercarse a la víctima.

El juzgado de Primera Instancia en lo Civil N° 8 dispuso la colocación del dispositivo de geoposicionamiento dual, reseñó el diario El Clarín.

Según el periodista, este jueves debe decidirse si Garzón será puestro tras las rejas.

La venezolana habló después de los hechos y relató su recuerdo de cómo comenzó a sentirse mareada después de que Garzón le ofreciera un vaso de zumo, y antes de perder el conocimiento consiguió llamar a su hermana, lo que permitió dar la voz de alarma a las autoridades.

La Policía acudió a la tienda, ubicada en el famoso barrio comercial porteño de Once, donde encontró al presunto violador y la joven con "el torso desnudo y con algún efecto de psicotrópicos, tirada en una escalera en el fondo del comercio" y tras realizarle los estudios médicos el diagnóstico es de "posible abuso".

La joven, cuya identidad está protegida, asistió a una entrevista de trabajo en el local Garzón Martínez (como lo identifica la policía) para un puesto como vendedora de ropa.

Tras presentarse el sábado 23 de enero en el negocio, ubicado en Balvanera, ciudad de Buenos Aires, el dueño la contrató de inmediato y empezó a trabajar ese mismo día.

La venezolana contó en una entrevista para TVV Noticias que en el transcurso del día el hombre le ofreció en varias oportunidades algo de tomar, pero ella lo rechazó. Sin embargo, cerca de la hora de cierre, mientras atendía a dos clientas, el hombre le acercó un vaso de agua que dejó sobre el mostrador.

Poco después de tomar el agua, comenzó a sentirse mareada y vio cómo su empleador cerraba el local.

“Me pareció aún más extraño cuando veo que le pasó el candado a las persianas, cerró todo con llave. Inmediatamente le mandé un mensaje a mi mamá porque tenía miedo y veo que estaba cerrando todo”, relató la víctima. “Creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento mareada”, expresó la víctima en el chat de WhatsApp con su madre, a quien le anexó la dirección del local.

Al recibir el mensaje decidió llamar a la policía. Salió apresurada rumbo al local con los oficiales.

Allí encontraron a la joven venezolana con el pantalón mojado, la ropa interior desajustada, vistiendo una camisa sucia del agresor y, aparentemente, dopada, por lo que fue trasladada en silla de ruedas hasta la ambulancia y llevada hasta el Hospital Ramos Mejía, donde fue contactada por la brigada de Violencia Sexual.

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